Por.
Antoni Ibañez-Olivares, España.
En
poco menos de un mes he tenido ocasión de asistir a dos acontecimientos de
carácter interreligioso: el VI Parlamento Catalán de las Religiones 2015,
celebrado en Gerona el 17 de octubre, que bajo los auspicios de AUDIR
(Asociación UNESCO para el Diálogo Interreligioso), con sede en Barcelona, se
ha venido celebrando desde el 2005 en varias ciudades de Cataluña y del País
Valenciano, y, el 14 de noviembre, al Encuentro Interreligioso de Sabadell, mi
ciudad, menos conocido, pero que este año ha llegado ya a su decimosexta
edición anual, organizada desde sus inicios por el Grupo de Diálogo
Interreligioso de Sabadell. Ha sido una satisfacción participar en ambos
acontecimientos, tanto por lo que se suele aprender en ellos, como por la
sensación de compartir aspiraciones de paz y de diálogo con personas
pertenecientes a diferentes creencias religiosas y con las cuales existe, como
denominador común, un profundo respeto por la diversidad.
Pero,
durante los años que llevo dedicado a estos menesteres, he podido descubrir
que, fuera de las élites especializadas, tanto el ecumenismo como el diálogo
interreligioso tienen que vencer todavía el desconocimiento popular, cosa que,
por otro lado, es normal en un país donde la población vuelve a estar
angustiada por garantizarse muchas de las necesidades básicas y, por lo tanto,
más prioritarias que lo que no dejan de ser, aparentemente,
entretenimientos propios de clérigos.
En
el caso del ecumenismo, una de las causas de dicho desconocimiento la
encontramos, justamente, en la palabra “ecumenismo”, difícil de pronunciar y de
entender. Pero es la palabra que en teología se usa para referirse de manera
inequívoca a la corriente que lucha por el reencuentro y reunificación,
mediante el diálogo y la comprensión, de las diferentes confesiones cristianas,
que por razones históricas se han ido separando. Sin menoscabo, en mi opinión,
de conservar la pluralidad actual de matices.
Para
mi sorpresa, he encontrado personas -incluso en establecimientos eclesiásticos
de uno y otro signo- que tienen dificultades para pronunciar la palabra
“ecumenismo” y tienden a decir “economismo”, confundiendo “ecuménico” con
“económico”. Así, pues, he acabado por asumir que lo que conviene más es
trabajar en una tarea pedagógica constante para explicar a todo el mundo que
“ecumenismo” viene de la palabra griega oikoumene, la cual expresa desde
hace años el concepto de unidad consensuada, y tratar, hasta donde sea posible,
de superar ese reto que el nombre plantea a la cosa.
En
cuanto al diálogo interreligioso, que como su nombre indica es más bien un
espacio que se abre a la comunicación entre varios sistemas religiosos y
espirituales (budistas, cristianos, judíos, musulmanes, etc.) para conocer
sus principios y enseñanzas, a menudo se presenta en forma encuentros y
conferencias, pero, en cambio, hay muy pocos espacios específicamente diseñados
para la plegaria interreligiosa, tema del cual convendrá hablar otro
día.
Como
observador del fenómeno, puedo decir que en nuestras ciudades hay comunidades
religiosas que asisten a los diversos espacios de participación, y otros que
hacen del aislamiento su forma de supervivencia. Permitidme una anécdota:
conozco un cura que admite de buen grado el ecumenismo, pero en cambio se niega
en redondo a asistir a encuentros interreligiosos… con “paganos”. Igual pasa
con ciertos pastores evangélicos, que huyen nada más escuchar la palabra
“ecumenismo” porque la identifican con la antigua aspiración católica-romana de
reunir a todos los cristianos bajo la autoridad del papa. Así, el
fundamentalismo es una mancha que salpica todas las religiones, y, por
extensión, resulta un obstáculo para la convivencia social.
Afortunadamente,
dentro del espacio geográfico que me es más cercano, la comarca barcelonesa del
Vallès Occidental, con casi un millón de habitantes y con un porcentaje de
población musulmana estimada en el 10 por ciento (*), singularmente en la
ciudad Terrassa, la más poblada, ni rige una sola confesión, ni, de momento,
hay guerra de religiones. Gracias en gran parte a la actuación de las
administraciones públicas democráticas, y a la cordura de la misma población,
se puede afirmar que disfrutamos de un equilibrio aceptable, sin episodios de
violencia sectaria, a pesar de que dicho equilibrio es más bien pasivo:
podríamos decir que se halla en punto muerto.
Hace
falta, pues, continuar luchando – a pesar de los crueles atentados que están
golpeando el corazón de Europa- para que del equilibrio pasivo demos un salto
cualitativo hacia la auténtica convivencia activa, basada en la consideración y
en el respecto al otro. Y este reto nos afecta a todos: ciudadanos, autoridades
civiles, religiosas y militares, centros educativos, y, especialmente, a los
medios digitales o tradicionales de comunicación, debido a que son agentes
determinantes en el proceso de formación de la opinión pública.
__________________________
(*)
Consultar: Mapa religiós de Catalunya. Informe 2014. Trabajo del ISOR,
equipo de Investigaciones en Sociología de la Religión, de la Universidad
Autónoma de Barcelona, publicado con el apoyo de la Dirección de Asuntos
Religiosos de la Generalitat de Cataluña.
Me
llamo Antoni Ibáñez-Olivares, y nací
en Sabadell (Barcelona) el año 1954. Soy casado y tengo una hija. El año 1981
obtuve una licenciatura en Filosofia y Letras con grado, por la Universitat
Autònoma de Barcelona (UAB), habiendo cursado estudios de tercer ciclo en la
misma UAB y en la Universitat de Barcelona (UB). Además, también he realizado
estudios de Teología en el SEUT. Formo parte del grupo de culto de la Igelsia
de Cristo de Sabadell (IERE-Comunión Anglicana), donde colaboro periódicamente
como predicador y director de oficios dominicales. Formo part del grup de culte
de l’Església de Crist de Sabadell (IERE-Comunió Anglicana), on col·laboro,
periòdicament, com a predicador i director d’oficis dominicals. También soy
miembro del Movimiento Ecuménico y del Grupo de Diálogo Interreligioso de
Sabadell, asistiendo a diferentes encuentros por toda Catalunya. He publicado
un libro y diferentes artículos en diversos medis escritos y electrónicos. Mi
blog se llama Fruits Saborosos.
Fuente:
Lupaprotestante, 2016
1 comentario:
Solicito al ecumenismo cristiano eclesiástico de las iglesias prinicipales denominacionales del mundo porque alcanzamos al macroecumenismo cristiano eclesiástico de las iglesias derivadas de las principales del mundo y porque tambien soy el profeta Elías del ecumenismo cristiano eclesiástico por mi prelatura de Moyobamba.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.
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