¡Vos podes ayudarnos!

---
;

lunes, 25 de abril de 2016

La historia de una madre sola



Por. Juan Stam, Costa Rica
Lo primero que nos llama la atención es que para este mensaje tan trascendental, Juan comienza narrando la historia de una madre sola. Ahí, gimiendo y retorciéndose en sus dolores de parto, frente al monstruoso dragón, ella se encuentra absolutamente sola, aislada, abandonada, sin nadie a su lado.
En todo el relato no aparece José ni otros defensores de ella, ni tampoco otras mujeres solidarias con ella. Sólo la acompaña en el escenario su horrendo enemigo, el dragón, y no le quedarían dudas a ella de cuáles fueron las intenciones de ese malvado monstruo.[10]
Ella gritaba, pero sólo el dragón escuchaba su clamor, y lo escuchaba con la malévola satisfacción de quién estaba al punto de devorar a la criatura.
Claro, sabemos bien que ella no estaba sola, que Dios estaba con ella y la iba a amparar, ¿pero lo sabía ella? Dios sólo aparece en el relato después; la narrativa destaca con sumo dramatismo la absoluta soledad de ella.
Aún cuando Dios interviene para rescatar al bebé, ¿lo habrá entendido ella? Nada indica que sí. Lo que ella debe de haber sentido, en la angustia de su soledad, probablemente era también la ausencia de Dios, igual que el salmista en diferentes momentos. ¿Qué puede haber más angustioso que creer en Dios pero sentir sólo su ausencia, nada de su presencia?
Es sorprendente darnos cuenta que este pasaje nos relata la navidad según el Apocalipsis. Para esta mujer no fue nada de "oh santísimo, felicísimo, grato tiempo de Navidad" ni tampoco "Navidad, navidad, es un día de alegría y felicidad".
Esta mujer no cantaba villancicos sino gritaba alaridos de sus dolores de parto. El pasaje nos advierte contra el peligro de sentimentalizar y romantizar demasiado la navidad y celebrarla con total insensibilidad hacia los que sufren.
Claro, hay gran valor humano en los bellos relatos evangélicos de la navidad, que se destaca también en la versión novelística de Saramago. Ahí está un José tierno y atento, sólicito por el bien de ella. En los villancicos y muchas pinturas, hasta los animales adoran al niño, sin duda para el asombro y el deleite de la madre:
Allá en el pesebre, do nace Jesús,
la cuna de paja nos vierte gran luz;
Estrellas lejanas del cielo al mirar
Se inclinan gozosos
su lumbre a prestar.
La vaca mugiendo
despierta al Señor,
Mas no llora el niño,
pues es puro amor...
Según un villancico popular, los reyes del oriente vienen a ver "Al niño Dios que sonríe /Entre una mula y un buey, /Aunque todo el mundo sabe /Que es de los reyes el Rey". La tradición navideña nos presenta un niñito muy sublime pero poco humano y poco creíble.
El capítulo doce del Apocalipsis da una perspectiva muy diferente sobre la Navidad. Este pasaje navideño no aparece en el leccionario eclesiástico para la época, ni es nada probable que sea texto para sermones de la ocasión.
Aquí la navidad es un día de amenaza, peligro y lucha. Mientras en los evangelios y en nuestros himnos, los pastores y los sabios del oriente buscan al niño para adorarlo, en el Apocalipsis el dragón lo espera para devorárselo.
Este relato tan diferente debe entrar también en nuestra celebración navideña, para inspirar en nosotros más compasión y más empatía con los que sufren y se hallan solos y solas en su angustia.[11]
¿Y no les parece que debe movernos a tomar más en cuenta la situación de las madres solas, con más solicitud por ellas, y actuar a cómo podamos para ampararlas?
Una mujer que vive amenazada por un monstruo (12:4). Como si los dolores de parto no fueran suficiente sufrimiento para esta mujer (y aparentemente los tuvo fuertísimos), ella, para colmo de males, tuvo que encontrarse cara a cara con un monstruo. Y no fue cualquier enemigo sino el eterno enemigo de todo lo bueno y lo humano, el diablo mismo. ¡Pobre mujer, tan cerca del monstruo y, aparentemente, tan lejos de Dios!
Uno se pregunta, ¿desde cuándo tenía la mujer este monstruo en frente? No sabemos, pero sospecho que la respuésta sería, "desde rato" o quizá "desde siempre". Dudo que el dragón se hubiera llegado de última hora apenas a tiempo para el parto; sospecho que hacía tiempos que la acosaba y la atormentaba. Ella ya le conocía todas sus malicias y sus mañas, por lo que su desesperación fue mucho mayor.
Por supuesto, hay una lección general aquí: estamos siempre frente al príncipe de las tinieblas, aquel cuyo oficio es mentir y matar (Jn 8:44; Ap 12:9; 20:8). Pero creo que la enseñanza es mucho más específica; nos hace ver la especial vulnerabilidad de la mujer y la enorme soledad con que ella tiene que hacer frente al dragón que la amenaza.
En las últimas décadas comenzamos a darnos cuenta de la plaga tan alarmantemente extendida de la violencia doméstica. Muchas mujeres, como la de este pasaje, viven día y noche frente a un monstruo, ¡y eso dentro de la misma casa! Crece en casi todas las sociedades la violación sexual de la mujer, y también el asesinato de ellas ("femicidio"), comunmente por los que por desgracia tienen más cerca.
Especialmente repugnante y reprobable es la violación sexual de inocentes niñas, a menudo por sus propios padres o padrastros, causándoles graves daños para el resto de sus vidas.
En todas estas plagas sociales, se hace presente nuevamente el gran monstruo de Apocalipsis 12.

NOTAS AL PIE
[9] Estas contextualizaciones no pretenden ser estrictamente exegéticas ni se proponen como palabra inspirada de Dios. Tampoco pretendemos que Juan mismo estuviera pensando en todo esto, ¡o que Juan también fuera feminista! La intención del capítulo, como acabamos de explicar, fue otra. Pero creemos encontrar presupuestos y valores detrás del texto, sin los que Juan no hubiera podido escribir lo que escribió, y que es legítimo explicitar lo que en el texto queda implícito. Es más, ¡creemos que Juan hubiera entendido nuestro análisis y hubiera estado muy de acuerdo!
[10] Este relato es la culminación de un paradigma que va desde Faraón hasta Herodes y pasa por los sacrificios infanticidas a Moloc, reinterpretado radicalmente por el relato del sacrificio de Isaac por Abraham. Esa sed del diablo por la sangre de niños era ya muy conocida.
Aún cabe preguntar, ¿entendía esta mujer quién era este su hijo? Nada en el texto lo sugiere, de modo que afirmarlo sería ir más allá del texto. En los evangelios sinópticos, ángeles habían revelado algo del sentido de ese extraño y problemático parto a María y a su novio y futuro esposo, y aun así les costó mucho llegar a comprender bien lo que les estaba ocurriendo. Aquí en Apocalipsis 12, lo más probable es que la mujer no entendía, lo que debe de haber aumentado mucho l intensidad de su aflicción.
[11] Sobre esta "navidad apocalíptica", véase Stam Apocalipsis Tomo III (por salir) y "la navidad en el Apocalipsis", en revista Maranata, #267, diciembre de 2004. Al respecto, la canción de Carlos Mejía Godoy, "Feliz Navidad", es muy desafiante e inspiradora.

Fuente: Protestantedigital, 2016

domingo, 24 de abril de 2016

Irene Foulkes (1932-2016), maestra de Biblia y exégesis



Por. Leopoldo Cervantes-Ortiz, México
Sentimos una necesidad urgente de trabajar más con el estudio y la interpretación de la Biblia. Queremos ayudar a que su mensaje contribuya no al sometimiento de la mujer sino a su promoción. ¿Qué es lo que queremos? ¡Qué las mujeres florezcan! Y con ellas, todo su entorno.1 I.F.
Su larguísima trayectoria como profesora, misionera y pastora en Costa Rica, al lado de su esposo Ricardo marcó a muchísimas generaciones de estudiantes que abrevaron profundamente en su sabiduría y en su gran capacidad docente, la cual estuvo a prueba en las diferentes etapas que vivió.
Quizá su mayor contribución consistió en hacer inteligibles, para el ambiente evangélico del subcontinente, los métodos hermenéuticos y exegéticos más avanzados en boga, además de que fue parte fundamental en los estudios bíblicos de género que permitieron ampliar el desarrollo de los ministerios femeninos en muchas iglesias.
En el número de homenaje que le dedicó la revista Vida y Pensamiento (que dirigió entre 1983 y 1990) en 2001, Jaime Prieto describe minuciosamente las cuatro fases en que puede dividirse su fecunda existencia: la primera, desde su niñez hasta la germinación de su vocación misionera y su formación universitaria; la segunda etapa, con sus primeras experiencias pastorales y docentes en el seno de la Misión Latinoamericana; la tercera, ubicada en el proceso de transformación que vivió el Seminario Bíblico Latinoamericano en la década de los setenta que le permitió continuar colaborando, a pesar de los ataques de que fue objeto esta institución por su nueva orientación ecuménica y liberadora, así como su actitud y reflexión ante las convulsiones revolucionarias que sacudieron a Centroamérica en los años ochenta; y, por último, sus labores al final del siglo pasado, todo ello enmarcado en su trabajo encaminado “al surgimiento de una hermenéutica bíblica y una práctica pastoral hecha a partir de la mujer latinoamericana”.1
Nacida en Chicago en 1932, estudió sociología en el Wheaton College, más tarde literatura bíblica, y luego de una sólida reflexión relacionada con la experiencia de servicio que vivió entre los ghettos de familias afrodescendientes en su ciudad, se vinculó a la Misión Latinoamericana, se trasladó a Costa Rica, ya casada, en 1955 para comenzar su tarea docente.
Su tesis de maestría la había dedicado a la exégesis católica sobre la Virgen María, tema muy controversial para la época. Desde entonces le surgió el deseo de hacer accesible a los estudiantes los materiales para el aprendizaje del griego, lo que la llevó, primero, a traducir algunos de los que había y, posteriormente, a elaborar material propio.
Irene Foulkes
Ese esfuerzo la daría a conocer, con el paso del tiempo, por todo el mundo evangélico de habla hispana, gracias a las varias reediciones de los tres volúmenes de El griego del Nuevo Testamento. Texto programado, fruto de 15 años de experiencia, publicado por primera vez en 1973 (editorial Caribe) y que ha reaparecido en una edición definitiva en España (CLIE-SEUT).
Otras de sus grandes producciones fueron el Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento que, junto con su joven discípula Elsa Tamez, preparó para la edición crítica de las Sociedades Bíblicas Unidas y Caribe (1975), así como las 40 entradas para el Diccionario ilustrado de la Biblia (Caribe, 1974), coordinado por Wilton M. Nelson. Como se ve, los años 70 fueron de un frenético trabajo docente y escritural. Entre julio de 1983 y julio 1984, durante un periodo de estudios pos-doctorales realizado en el Instituto Pontificio Bíblico de Roma, hizo una investigación sobre “El Reino de Dios y Pablo”, donde trabajó la temática de los principados y las potestades.
Según sus palabras, en esa investigación trató “de analizar cómo Pablo relee estos conceptos para incorporarlos en su teología de la redención y de la misión de los creyentes en medio de un mundo hostil a los planes de Dios, donde las estructuras, las instituciones y las personas se convierten en instrumentos del mal y de la muerte”.2 Como resultado de ese estudio redactó un módulo para estudiantes de diversos niveles, para luego dar a conocer otro más, Traducción bíblica y comunicación popular
En 1984 fue pionera de los estudios sobre la mujer al publicar el módulo sobre pastoral de la mujer, producto de cursos que dictó desde cuatro años atrás con Tamez bajo el título “La mujer en el pensamiento bíblico”, uno de los primeros materiales latinoamericanos que asumieron esta pastoral tan específica. El recuento completo de sus publicaciones rebasaría el espacio disponible aquí, pero valga destacar que al revisar la lista que claro su constante empeño en la práctica y la divulgación de los métodos cada vez más contextuales de interpretación bíblica.3
Prieto resume muy bien lo acontecido durante los años 80 y siguientes en el periplo vital de la doctora Foulkes: además de sus cursos presenciales, como también en varios países, en los que formó a cientos de alumnos, abordó principalmente las cartas a los Corintios y Colosenses, así como los temas de género desde la óptica bíblica, acompañó el trabajo pastoral de una congregación además de la Comisión de Vida y Ministerio de la Federación de Iglesias Evangélicas Costarricenses.
A nivel continental, fue miembro fundadora e integrante del comité de la Asociación de Teólogas y Pastoras de América Latina y el Caribe, desde 1990. Participó en la Junta Directiva de ALIET entre 1988 y 1992, y colaboración con el Consejo Mundial de Iglesias en su VII Asamblea celebrada en Canberra, Australia (1991), representó a Costa Rica en el Tercer Congreso latinoamericano de Evangelización (CLADE), en Quito (1992), y estuvo muy activa en el Segundo Encuentro de Profesoras de Teología de América Latina y el Caribe (Nicaragua, 2000), y en el encuentro de pastoras y líderes sobre misión y género en la IV Asamblea General del Consejo Latinoamericano de Iglesias (Barranquilla, Colombia, 2001).
Su comentario a la primera carta paulina a los Corintios (1996) culminó su trabajo pastoral, exegético, ecuménico y teológico. “El primer capítulo es un estudio profundo del contexto de Corinto y a lo largo de todo el comentario se abren continuamente recuadros para explicar el texto bíblico en su contexto histórico, económico y cultural. La alta crítica y el análisis estructural propio del método hermenéutico que Irene Foulkes desarrolló en sus investigaciones y en las clases de aula, está presente en todo el libro”.4
Portada del libro El griego del Antiguo Testamento
Se trata de un trabajo de alto calibre (432 pp.) aderezado con un imponente conjunto de excursus que complementan la exposición minuciosa del texto. Sobre el siempre complicado tema del cabello largo de las mujeres en los templos sus observaciones son imperdibles mediante una serie de interrogantes profundas que muestran una inmensa sensibilidad pastoral: “Las mujeres de nuestros países encuentran que su existencia es condicionada por una sociedad machista, con todo lo que esto implica para ellas de limitación y sujeción, por un lado, y por otro, de prácticas manipuladoras que ellas mismas asumen como personas en desventaja. A menudo la enseñanza religiosa refuerza este patrón, al mismo tiempo que las iglesias parecen ofrecer la esperanza de encontrar otra manera de llevar las relaciones humanas”.
Sus interrogantes para las iglesias son conmovedoras y profundamente pastorales:
La pregunta para los exegetas y pastores es ésta: ¿nuestro trabajo con el texto bíblico contribuye o no a que esta esperanza se torne realidad? Las mujeres que han sido relegadas a un status secundario en la iglesia, ¿captarán el mensaje de respaldo que Pablo dio a las mujeres líderes de Corinto? O, lastimadas en su dignidad personal por relaciones familiares y sociales que las desvalorizan y explotan, ¿serán golpeadas también en la iglesia por una interpretación bíblica que da un apoyo implícito a esa situación y las condiciona para ser cómplices de su propia marginación?
El horizonte que traza no es el de la confrontación entre géneros, por el contrario, el de la convivencia respetuosa, edificante y empoderadora, como se diría hoy:
En contraste con experiencias de este último tipo, demasiado comunes, la enseñanza bíblica en general y la interpretación de este texto en particular pueden potenciar a las mujeres al atribuirles una auténtica autoridad sobre su propia persona. Reconocida su propia integridad como personas, las mujeres podrán asumir un protagonismo responsable tanto en la iglesia como en la sociedad. También estarán en condición de responder compasiva y generosamente al desafío de ajustar algún aspecto de su conducta o su arreglo personal que provocara problemas para las personas fuera de la iglesia o aun para los hermanos débiles de la comunidad cristiana. Mujeres y hombres se sabrán creados por Dios para un compañerismo de mutualidad e interdependencia que les permitirá realizar en conjunto no sólo el culto sino todas las tareas de la vida.5
Finalmente, Ecce mulier fue el libro con que se le homenajeó en 2005 y en donde diversos colegas, ex alumnos y discípulos/as (Tamez, Thomas Hanks, Rebeca Montemayor, Juan Stam, Victorio Araya, Pablo Richard, Francisco Mena, Daniel Chiquete, entre tantos) le manifestaron su aprecio y el reconocimiento a su infatigable labor de promoción de una lectura y comprensión más consecuente de la Biblia dentro y fuera de los espacios eclesiásticos.

1 I. Foulkes, Iniciando caminos. Quito, Consejo Latinoamericano de Iglesias, 1997, cit. en cuarta de forros de Varios autores/as, Ecce mulier. Homenaje a Irene Foulkes. San José, Universidad Bíblica Latinoamericana, 2005.
1 J, Prieto Valladares, “Vocación y misión de Irene Foulkes en América Latina (1932-2001)”, en Vida y Pensamiento, vol. 21, núm. 1, primer semestre de 2001, p. 10, https://issuu.com/ubluniversidad/docs/vp21_1 .
2 Ricardo e Irene Foulkes, “Memorándum, Asunto: Planes, año sabático”, dirigido al decano Saúl Trinidad, 20 de junio de 1983, en el archivo empastado Profesores C-G, San José, Costa Rica, SBL, 1968-1988, cit. por J. Prieto, op. cit., p. 18.
3 Una lista muy amplia de sus textos publicados se puede consultar en “Publicaciones y conferencias. Irene Foulkes”, en Varios autores/as, Ecce mulier, op. cit., pp. 439-445. 4 J. Prieto, op. cit., p. 21.


Fuente: Protestantedigital, 2016