4 de
Abril de 1968 en la ciudad de Memphis (Tennesse, Estados Unidos). En su
funeral, su esposa Coretta Scott pidió que se reprodujese una grabación de uno
de sus sermones, “The Drum Major Instinct”, del que traducimos aquí un
fragmento:
“Esta
mañana puedes estar a su mano derecha y su mano izquierda si sirves (Amén). Es
la única manera de entrar. Supongo que cada tanto todos pensamos de manera
realista (sí señor) en ese día en que seremos víctimas de aquello que es el
común denominador final de la vida: eso que llamamos “muerte”. Todos pensamos
en ello. Y cada tanto pienso en mi propia muerte y pienso en mi propio funeral.
Y no lo pienso en un sentido morboso. Y cada tanto me pregunto: “¿Qué es lo que
me gustaría que se diga?” Y dejo esta palabra con ustedes en esta mañana.
Si
alguno de ustedes está presente cuando me llegue ese día, no quiero un velorio
largo. Y si le piden a alguien que, del discurso fúnebre, pídanle que no hable
demasiado (sí). Y cada tanto pienso qué es lo que me gustaría que se diga.
Pídanle que no mencione que recibí un Premio Nobel de la Paz; eso no es
importante. Pídanle que no mencione que tengo trescientas o cuatrocientas
condecoraciones; eso no es importante. Pídanle que no mencione dónde estudié.
(sí). Me gustaría que alguien mencione ese día que Martin Luther King, Jr.,
trató de dar su vida para servir a otros (sí). Me gustaría que alguien diga ese
día que Martin Luther King, Jr., trató de amar a alguien. Me gustaría que diga
ese día que traté de no equivocarme en el tema de la guerra (Amén).
Me
gustaría que puedan decir ese día que realmente traté de dar de comer al
hambriento (sí).
Y me
gustaría que puedan decir ese día que en mi vida realmente traté de vestir al
desnudo (sí).
Quiero
que digan ese día que en mi vida realmente traté de visitar a los que estaban
en prisión (Señor).
Quiero
que digan que traté de amar y servir a la humanidad (sí).
Sí, si
desean decir que fui el tamborista mayor, digan que toqué el tambor de la
justicia (Amén). Digan que toqué el tambor de la paz (sí). Toqué el tambor de
la rectitud. Y todas las cosas superfluas no importarán (sí). No tendré dinero
para dejar. No tendré las cosas finas y lujosas de la vida para dejar. Solo
quiero dejar una vida comprometida. Eso es todo lo que quiero decir.
Si
puedo ayudar a alguien al pasar,
Si
puedo alegrar a alguien con una palabra o una canción,
Si
puedo indicarle a alguien que está yendo por mal camino,
Entonces
mi vida no habrá sido en vano.
Si
puedo cumplir con mi obligación como debe un cristiano,
Si
puedo traer salvación al mundo que un día fue creado,
Si
puedo difundir el mensaje como el maestro enseñó,
Entonces
mi vida no habrá sido en vano.
Sí,
Jesús, quiero estar a tu derecha o a tu izquierda (sí). No por razones
egoístas.
Quiero
estar a tu derecha o a tu izquierda, no en términos de un reino o una ambición
política. Solo quiero estar allí en amor y en justicia y en verdad y en
compromiso con los demás, para que podamos hacer de este viejo mundo un mundo
nuevo.”
Fuente:
Fundación Kairos, blog de René Padilla
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