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martes, 4 de noviembre de 2008

El Vaticano niega el sacerdocio a homosexuales, aunque sean castos

EL VATICANO

Quienes tengan un identidad sexual "incierta, tendencias homosexuales fuertemente radicadas o dificultad para vivir la castidad en el celibato no podrán ser sacerdotes", según un documento hecho público por el Vaticano. El texto precisa que no basta con comprometerse a no mantener relaciones sexuales, sino que es necesario valorar también la orientación sexual.
Se trata del documento "Orientaciones para el uso de las competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio", que fue presentado por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, encargada de su preparación. Según el escrito, la Iglesia católica tiene la tarea de discernir la vocación e idoneidad de los aspirantes a sacerdotes, tanto para salvaguardar el bien de la propia misión como el de los candidatos, pudiendo recurrir a psicólogos para evaluar el carácter y el equilibrio de los candidatos. El documento precisa que los sacerdote tienen que tener un sentido positivo y estable de la propia identidad masculina, de relacionarse de forma madura con otras personas, capacidad de corregirse, gusto por la belleza entendida como esplendor de la verdad y la capacidad de integrar su propia sexualidad en consideración a la obligación del celibato. "No basta asegurarse la capacidad de abstenerse de la sexualidad genital, sino que es necesario valorar la orientación sexual", señala el texto. El documento añade que el camino formativo "deberá ser interrumpido" en el caso en el que el candidato a pesar de "su esfuerzo, el apoyo del psicólogo o de la psicoterapia continuase manifestando incapacidad para afrontar sus graves problemas de inmadurez". Entre esos "graves problema de inmadurez", el Vaticano incluye "fuerte dependencias afectivas, notable carencia de libertad en las relaciones, excesiva rigidez de carácter, falta de lealtad, identidad sexual incierta y tendencias homosexuales fuertemente radicadas". Para discernir la persona adecuada, está el formador, que, según el documento vaticano, tiene que tener una adecuada preparación. A este respecto, el Vaticano señala que los que hoy piden entrar en el seminario "reflejan en modo más o menos acentuado los inconvenientes de una emergente mentalidad caracterizada por el consumismo, por la inestabilidad en las relaciones familiares y sociales, por el relativismo moral, por visiones equivocadas de la sexualidad, por la precariedad de opciones y por una sistemática obra de negación de los valores, sobre todo por parte de los medios de comunicación". Todo lo anterior, precisa, puede condicionar la capacidad "de progresar en el camino hacia el sacerdocio". Sobre el derecho de los formadores y psicólogos a conocer la situación del aspirante, el Vaticano precisa que no se pude dañar el derecho a la buena fama de la que goza esa persona, ni tampoco su propia intimidad, agregando que se podrá proceder a la consulta psicológica sólo con el previo, explícito y libre consentimiento del candidato.
Fuente: EFE/ACPress.net)

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