Casi 500 años después del inicio de la Reforma protestante, las reflexiones del monje Martin Lutero al respecto de temas económicos y éticos siguen siendo en gran medida, actuales, y podrían servir como inspiración en el contexto de la actual crisis financiera internacional.
El pensamiento de la reforma a mediados del siglo XVI ya está marcado por la creciente preocupación de compartir "un poco de este mundo con las generaciones futuras", señaló el profesor Ricardo Willy Rieth, de la Escuela de Teología (EST) al hablar ayer en la Instituto Humanitas, de la Universidad de Valle de los Ríos de los Sinos (Unisinos) sobre las contribuciones de Lutero en la economía, la ética y la sociedad.
Desde esta perspectiva, Rieth puso de relieve la importancia de las ideas de Lutero que ganan eco de un momento histórico en el que "muchos se sienten cada vez más desafiados a abandonar el proyecto de mundo "moderno", que se caracteriza por el consumo sin restricciones, la riqueza de unos pocos, la miseria de muchos y el acelerado agotamiento de los recursos naturales ".
Sobre la base de las enseñanzas éticas de Jesús en el sermón de la montaña, Lutero sostuvo que el cristiano debe ofrecer libremente sus productos para los más vulnerables y necesitados. Por otra parte, los cristianos de buena voluntad deben prestar sus posesiones, sin necesidad de exigir de vuelta más de lo que fue dado en préstamo. Defensor de la propiedad privada, Lutero sostuvo que el cristiano debe adquirir bienes para ponerlo al servicio del prójimo, dijo el orador.
Contemporáneo del período de intensificación de las prácticas comerciales, el primer escrito sobre economía es un sermón sobre una determianda práctica de usura, conocido como "contrato de renta" (Zinskauff).
Según Lutero, esta práctica representa una forma de eludir la prohibición canónica de la usura, en la medida en que ocultaba una operación secreta de crédito en la forma de una transacción de venta. Al analizar y describir el contrato de renta, Lutero criticó el hecho de que los riesgos de la actividad económica fueran sólo para el deudor. "Lutero sostuvo que los riesgos se deben compartir, y que las tasas de interés nunca superen el 5%", explicó.
Contrastando las prácticas económicas con el mandamiento del Evangelio, Lutero restringió la autorización del préstamo a interés sólo para las personas socialmente vulnerables y que no pueden obtener lo material para la supervivencia por medio de su propio trabajo. Lutero dejó textos sobre prácticas comerciales que consideraba injustas, como la especulación, la formación de monopolios y cárteles y la quiebra fraudulenta.
Desde esta perspectiva, Rieth puso de relieve la importancia de las ideas de Lutero que ganan eco de un momento histórico en el que "muchos se sienten cada vez más desafiados a abandonar el proyecto de mundo "moderno", que se caracteriza por el consumo sin restricciones, la riqueza de unos pocos, la miseria de muchos y el acelerado agotamiento de los recursos naturales ".
Sobre la base de las enseñanzas éticas de Jesús en el sermón de la montaña, Lutero sostuvo que el cristiano debe ofrecer libremente sus productos para los más vulnerables y necesitados. Por otra parte, los cristianos de buena voluntad deben prestar sus posesiones, sin necesidad de exigir de vuelta más de lo que fue dado en préstamo. Defensor de la propiedad privada, Lutero sostuvo que el cristiano debe adquirir bienes para ponerlo al servicio del prójimo, dijo el orador.
Contemporáneo del período de intensificación de las prácticas comerciales, el primer escrito sobre economía es un sermón sobre una determianda práctica de usura, conocido como "contrato de renta" (Zinskauff).
Según Lutero, esta práctica representa una forma de eludir la prohibición canónica de la usura, en la medida en que ocultaba una operación secreta de crédito en la forma de una transacción de venta. Al analizar y describir el contrato de renta, Lutero criticó el hecho de que los riesgos de la actividad económica fueran sólo para el deudor. "Lutero sostuvo que los riesgos se deben compartir, y que las tasas de interés nunca superen el 5%", explicó.
Contrastando las prácticas económicas con el mandamiento del Evangelio, Lutero restringió la autorización del préstamo a interés sólo para las personas socialmente vulnerables y que no pueden obtener lo material para la supervivencia por medio de su propio trabajo. Lutero dejó textos sobre prácticas comerciales que consideraba injustas, como la especulación, la formación de monopolios y cárteles y la quiebra fraudulenta.
Fuentes: ALC, 31 de octubre de 2008
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