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miércoles, 15 de julio de 2009

Cuando Pasares por las Aguas….

Por Francisco Rodés, Cuba*

El autor ha seleccionado para titular su obra un verso del Antiguo Testamento, del conocido como II Isaías (cap. 43.2), texto enmarcado en el período en que el pueblo Judío está en el exilio babilónico, y en el que los profetas realizan una función pastoral de animar al pueblo a pensar en un futuro retorno a la tierra prometida, “Cuando pasares por las aguas estas no te anegarán, si por el fuero este no te quemará, porque yo estaré contigo”, son palabras de confianza, de seguridad para aquellos que enfrentaban un nuevo éxodo hacia la tierra prometida, para aquellos que vivirían nuevamente en su historia el desierto, la incertidumbre y el desaliento.
El libro del Rev. Raúl Suárez es también la historia de un peregrinaje, en el que también hay conmovedores relatos de desiertos y mares turbulentos. Es un testimonio biográfico que transcurre en diversos escenarios. Cual policromado mosaico, nos introduce en diferentes ambientes, desde el típico hogar campesino pobre de los años 50, colmado de vicisitudes, al de las clases del seminario bautista, luego las aulas universitarias, las arenas de Playa Girón, hasta el púlpito de una iglesia evangélica. Parecieran mundos diferentes, como son los que atraviesa un auténtico peregrino, de una vida intensa en la convulsa Cuba de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo hay un hilo que atraviesa toda esta historia, anudando experiencias y creando un bello y único tapiz, llegando a la culminación de una vida que ha logrado armonizar todos sus componentes, sin dicotomías ni contradicciones, un hombre de una sola pieza. No puede negarse que Suárez es un pastor genuino, tanto cuando habla desde el púlpito como cuando levanta su voz en el parlamento o en una conferencia internacional. Su visión del mundo y de la vida se ha agigantado, abarcando toda la realidad, y como los profetas de antaño, no rehúsa entrar en los terrenos de la política cuando la justicia lo demanda. Suárez es un rellollo cubano, amante de sus palmas y su cielo.
Él me ha hecho el honor de presentar su libro en esta tarde. Su libro es también la historia de nuestra generación. Una generación de jóvenes cristianos llenos de puros ideales, deseosos de servir a la iglesia y a nuestro pueblo. Que nos vimos inmersos en medio de la década heroica del 60, pero que para nosotros fueron tiempos complejos, de desencuentros e incomprensiones. Un mar de dudas y contradicciones nos envolvía, debido a los aires dogmáticos y sectarios introducidos por los manuales de adoctrinamiento de confección soviética, en que se ponían en inevitable contradicción al religioso con la ideología revolucionaria. Fueron los años de la UMAP, que dejó traumas insuperables en algunos, aunque para otros como Raúl, fue una escuela más de experiencias humanas. Quién iba a decir que uno que fue a Playa Girón ofreciéndose voluntariamente para sacar heridos y que él mismo alcanzado por la metralla enemiga, pocos años después fuera separado de su familia para ser llevado con otros considerados vagos y antisociales a supuestamente reformarse en los campos de caña de Camagüey?
Les aseguro que reí y llore leyendo sus historias, nuestras historias. No hay detalle que escape a su recuerdo, pareciera que algunas partes del libro las fuera escribiendo en el transcurso de los acontecimientos; insisto, son un testimonio vivo, sin adornos ni artificios literarios. Algunos de los escenarios pudieran ser extraños para el lector no familiarizado con el tema de las iglesias protestantes cubanas. En su arbitrio está dejar de lado las referencias a detalles específicos y particularidades de personas e instituciones que poco dicen al público en general. Hay, por cierto, un capítulo que pudiera aparecer un tanto especializado, cuando describe la influencia ideológica en las iglesias protestantes del llamado cinturón bíblico del Sur de los Estados Unidos, del conservadurismo a ultranza, con sus vetas de fundamentalismo, que fue trasplantada a nuestro suelo. Sin embargo, lo que pudiera ser considerado un inocente provincialismo religioso, tiene hoy un peso específico nada despreciable en el diseño de la ideología dominante del gobierno de ese país. No olvidemos que el fundamentalista Bush dijo que Dios le había mandado a bombardear a Irak. Raúl expone las raíces de lo que es hoy la derecha religiosa de los Estados Unidos, lo que ha significado de apoyo a la política de agresividad imperial de la presente administración. Esto es digno de la mayor atención. Porque en el fondo no hay apoliticismo, ni aún en aquellos que proclaman que la religión y la política han de ir por caminos separados y que no se tienen que tocar. Si se tocan, si se atraviesan, si se influyen.
Si importante fue para el autor el imán orientador que fueron sus propias raíces campesinas, sus vivencias de la alienación, analfabetismo en que se vió inmerso hasta los 17 años, fue asimismo importante la influencia en su concientización de los ejemplos de la vida y muerte de pastor Martín Luther King.. También en este mismo sentido fue el encuentro con una reflexión teológica a partir de una lectura de la Biblia desde la realidad cubana, sin los espejuelos del conservadurismo, que se nutrió de la historia de la liberación de Israel, de los profetas del Antiguo Testamento y del ejemplo de Jesús de Nazareth, quien asumió la misión, como él dijo, de “dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos”(Lucas 4.18).
Finales de los 60 y principios de los 70 fueron los tiempos no menos heroicos de Camilo Torres, de la teología latinoamericana, teología que el autor estudió en un semestre de profundización en la Comunidad Teológica de México, todo esto ayudó a redescubrir su auténtica conciencia social, su vocación profética de talante progresista y comprometida. Todo esto se da en el marco de un creciente despertar de movimientos y sectores ecuménicos y progresistas dentro de las iglesias cubanas, entre estos movimientos es digno de recordación la Coordinación Obrero Estudiantil Bautista de Cuba (COEBAC), que agrupaba a la nueva generación de jóvenes cristianos bautistas preocupados por un testimonio eficaz en la Cuba de hoy. Este grupo se vió de pronto fuertemente respaldado por nuestro autor, que aún perdiendo sus posiciones de liderazgo en la institución a nivel nacional, no dudó en unirse a la minoría profética y visionaria. Es pues que con basamento sólido tanto en la experiencia de vida como en los estudios que se enraízan convicciones que en nada tienen que ver con el oportunismo politiquero. Un hombre que no se calla cuando su conciencia le impone hablar de su perspectiva cristiana ante problemas abordados desde otra óptica en el parlamento cubano hay que respetar aunque no se tenga el mismo criterio. “Cuando pasares por las aguas”, es un desafío a la reflexión sobre una época, vista desde la subjetividad y conflictividad de los protagonistas, en cuya perspectiva todavía la historia no se ha enfocado lo suficiente. Esta es la riqueza de una lectura de esta naturaleza. Es un libro de inspiración, que bien merece un lugar en nuestras bibliotecas. Gracias, Raúl, por el testimonio reconfortante de tu vida. Muchas gracias a todos y todas.
Fuente: *Rev. Francisco Rodes, DMin. Pastor bautista y profesor del Seminario Evangélico de Matanza, Cuba.

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