Superar la envidia

Por. Adriana Balaguer*, Argentina.

Ya lo había señalado mucho antes desde su metro y medio de estatura el emperador Napoléon Bonaparte: "La envidia es una declaración de inferioridad". Se habrá equivocado en muchas otras cosas, pero en esto, no. Fijar una atención desmedida en las acciones, posesiones, talentos y logros de otros, si encima estamos en medio de un bajón de autoestima, puede terminar paralizándonos y haciéndonos desestimar lo que somos, hemos conseguido y podemos lograr en la vida.
Según el diccionario de Real Academia el envidioso "vive con tristeza o pesar el bien ajeno al que desea por no poseerlo". El problema con la envida es justamente éste, no sólo depositamos malos pensamientos en el que "le va bien", sino que además sufrimos. Y encima somos señalados como "pecadores", ya que la envidia es un "pecado capital", porque según la cristiandad "origina muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo".
¿Se puede reconvertir esa envidia en algo positivo para quien la siente? ¿Puede terminar siendo constructiva?
La psicología moderna considera que de la envidia a la admiración hay un solo paso, y que solo se trata de "poder ver" con claridad qué deseamos (envidiamos) para poner manos a la obra tratando de conseguirlo con nuestras propias herramientas. No es algo sencillo ya que la envidia se oculta de los otros (porque está mal vista) y muchas veces también es "negada" inconscientemente por nosotros mismos. Pero si reconocemos el objeto de deseo, lo que nos provoca el no tenerlo puede terminar siendo un gran estímulo para nuestro crecimiento. Solo se trata de desembarazarse del pensamiento negativo y salir detrás de nuestro objetivo.

¿Qué cosas te provocan envidia? ¿Cómo reaccionás al sentirla?

* Adriana Balaguer. Editor, es periodista. Desde hace 5 años retrata la vida de otras mujeres en
http://www.mujeressinfronteras.com Su blog Desesperada

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