Por.
Juan Francisco Martínez, EE.UU
[Segunda
parte: La primera nota se publicó el 30 de abril del 2017.]
Siendo
que estamos viviendo en momentos de mucho cambio y desorientación, es
indispensable que estemos atentos a como Dios está obrando en nuestro mundo
hoy. Porque creemos que Dios sigue obrando queremos estar atentos a lo que Dios
está haciendo hoy. Parte de lo significa estar atentos es tener una vida
orientada por Espíritu y la oración. Es una parte indispensable del proceso de
descubrimiento. En este segundo aporte nos queremos preguntar: ¿Estamos listos
para escuchar al Espíritu hoy?
Viviendo
en expectativa del obrar divino
En
tiempos de dificultad y complejidad el pueblo de Dios se puede desalentar y
desenfocar. Confrontamos tantos cambios que nos sentiamos desorientados.
También es posible que nos sintamos así porque hemos perdido nuestra fidelidad
o compromiso con el Señor. En el Antiguo Testamento vemos que en varias
ocasiones el pueblo de Israel perdió de vista la meta que Dios tenía para sus
vidas. Las personas encontraron que era particularmente difícil ser fieles al
Señor y redujeron su visión a lo que estaba pasando a su alrededor y buscaron
soluciones entre las costumbres de los países a su alrededor. En otros momentos
de la historia de Israel los problemas que enfrentaban eran tales que las
promesas del pasado no parecían darles suficientes herramientas para lidiar con
las nuevas realidades. El pueblo se encontraba confundido y sin dirección
clara.
Nuestras
experiencias hoy no son tan diferentes a las que ha confrontado el pueblo de
Dios en pasado. Al igual que en épocas pasadas necesitamos maneras de
mantener nuestro enfoque en la persona y obrar de Dios. Es por eso que las
disciplinas espirituales son una parte indispensable del discernimiento y
descubrimiento. Por medio de las disciplinas espirituales creamos una situación
en que podemos estar atentos a nuevas posibilidades, donde podemos vivir en
expectativa de lo que Dios está haciendo en nuestro medio. Las disciplinas
también nos invitan a buscar a Dios hoy y estar atentos a su obrar.
Las
disciplinas clásicas como la lectura bíblica, la oración, el ayuno, la
meditación, la soledad, la confesión, el servicio y otras, nos recuerdan que
antes de planes y de respuestas necesitamos esperar en el Señor. Si nos sentimos desorientados por los
cambios, el Señor nos invita a acercarnos a El, para poder prepararnos a ver
nuestro mundo en perspectiva divina. Los problemas y los cambios nos pueden
confundir. Las disciplinas nos dan herramientas para re-enfocarnos en el Señor
y poder escuchar su voz en medio del bullicio del cambio y el movimiento de
nuestro mundo.
Para
muchos de nosotros el practicar las disciplinas también implica un llamado a la
conversión. Siendo que fuimos formados en la modernidad estamos atrapados en
planes y proyectos y nos cuesta vivir en expectativa. Las disciplinas nos hacen
atentos a lo que Dios pone en nuestro medio, particularmente a gente que Dios
quiere utilizar para hablar a nuestras vidas y ministerios. También nos ayudan
a estar atentos a nuevos movimientos del Espíritu Santo. Es indispensable que
comencemos la búsqueda del obrar divino por medio de buscar al Señor. Si
queremos reconocer los lugares donde Dios está obrando hoy, necesitamos
reencontrarnos con el Señor.
Como
a los 120 en el aposento alto de Hechos 1, el Señor nos invita a estar en
expectativa, a buscarle a El, sabiendo que Dios está obrando y que va a obrar
en maneras poderosas en nuestro mundo de tanto cambio. Preparémosnos para ver
lo que Dios está haciendo en nuestro mundo confuso por medio de acercarnos a
El. Vivamos cerca de El en expectativa.
[Sigue]
Fuente:
Protestantedigital, 2017
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