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lunes, 10 de noviembre de 2008

Bienvenido Mr. Obama

Juan Francisco Muela, España

“Estoy condenado a decepcionar a muchos, si no a todos” (B.H.Obama)

Habiéndose cumplido mi vaticinio facilón en su totalidad (anunciado en marzo desde estas mismas páginas que ha de devorar el ciberespacio) sigo pasmado ante el pueril espectáculo de la barahúnda del mundo mundial, seducida por el flash cosmético / mediático del Obama Affaire.
Ya se sabe, que, de entrada, todo el mundo coincidía en que, fuese cual fuese el resultado de las elecciones USA, lo más importante era que George II el Nefasto iba a volver, definitivamente, a la tiniebla de la que procedía (tal que hasta McCain lo escamoteaba con pataleta). Algo es algo. Y eso que aún le quedan unos 70 días de transición para darnos sustos y capirotes.
Pero, con todo, lo que acabamos de presenciar en los últimos días no tiene precio: la mejor demostración de que el mundo es una aldea –global, eso sí, pero aldea- en el peor sentido de la palabra. Una aldehuela –en menosprecio lo canto y no en alabanza- provinciana, colonial e ingenua que necesitando oir campanas por muy incierto que sea su sonido se desmelena bajo su música esperando curar del sangriento letargo resignado de los últimos ocho años. Casi no puede culpársele.
Pasen y vean el bochornoso y, a la vez, enternecedor espectáculo. Armen las piezas del puzzle a ver que les sale de este desfile de pardillos :
-Mama Shara, la abuela kenyata de Obama, junto con los notables de su tribu sacrificando –y merendándose- un torito cebú a la salud del electo.
-Ciudadanos del municipio costero japonés de Obama exhibiendo una pancarta con el lema “Obama con Obama”.
-El Gobierno español declarándose –con alivio sin luto- aliado fiel y luz de las naciones.
-Mis amigos socialistas vascos brindando con txakolí por el susodicho con lo que está cayendo por aquí.
-El furor mediático invadiendo Internet y convirtiendo portadas de periódicos en reliquias históricas para coleccionistas del mañana
-Berlusconi alabando con criterios muy suyos el bronceado del simpático Barack como prenda y señal ciertísima de un futuro buen entendimiento.
-Los escolares yankis firmando tablones de apoyo en el Lincoln Memorial.
-Jesse Jackson llorando emotivamente, rodeado del colectivo “Baptists for Obama”, mientras Christine King trinaba de puro gozo y millones de negros de los suburbios parecían decirle : Ahora, primo, colócanos a tós.
-En Cuba, Fidel y Raúl exultantes creyendo que, ahora sí, por fín acabará lloviendo café en el campo…y a ellos que les pille con la boca abierta.
-Miles de ciudadanos africanos festejando...bueno, ellos sabrán lo que festejaban.
-Y hasta un guineano residente en España y apellidado Obama saliendo por la televisión diciendo no sé qué...
Y así, suma y sigue (y no para...y lo que queda...). Me sospecho que hasta los preachers delirópatas y noveleros del Holocausto armagedónico (Lindsey, LaHaye, Wilkerson et alii) acabarán diciendo algo de lo que, por supuesto, nunca se disculparán cuando queden en entredicho como suele venir siendo habitual.
Nunca tantos hicieron tanto el tonto a la vez y durante tanto tiempo seguido. Nunca, tan poca cosa, decepcionará tanto a tantos. Y si no, recuerden a JFK. Todo es posible en América, dicen. O sea.
Porque el caso es que el famoso cambio del “yes, we can” (que hasta el lehendakari Ibarretxe ha patrimonializado otorgándole lábel vasco de calidad) es de contenido tan vago e impreciso que nadie sabe en qué consiste salvo en un punto: Quítate tú, pá ponerme yo. De lo de las guerras absurdas y genocidas, la banca insaciable que no cesa, los derechos humanos en suspensión teleológica, la inmigración empantanada, el caciquismo rancheril de su política exterior y la pobreza estructural de dentro y de fuera más de lo mismo. Y si no, al tiempo. Ya lo dijo el analista Kagan al que cité en mi anterior engendro: “Los dos pilares intocables del Imperio seguirán ahí mande quien mande: la vocación misma de Imperio y la adoración fanática al Santísismo Dinero”
¿Pesimista?...No necesariamente...quizá, como dijo aquel, sólo optimista bien informado.
En cualquier caso, a quien todavía le quede -¿bendita?- inocencia sólo un consejo: Que se ponga cuanto antes a la cola y piense qué quiere pedirle a los americanos. Y, recuerden, sólo una cosa, por favor. Son magnánimos pero no conviene abusar. Porque pedir, lo que se dice pedir...es, de momento, gratis.
Juan F. Muela
Fuente: Lupaprotestante

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