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lunes, 13 de marzo de 2017

¿Qué es la violencia?



Por. Juan Stam, Costa Rica
Si es cierto que "por la víspera se saca el día", entonces podemos anticipar que el siglo XXI habrá de caracterizarse por mucha violencia [1].
Al terminar la guerra fría entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense, el entonces presidente Bush anunció la feliz llegada del "nuevo orden mundial".  Pero en seguida irrumpió la violencia por todos lados en un "nuevo desorden mundial": violencia en varios países africanos y violencia en el antiguo Yugoslavia, violencia en el Golfo Pérsico seguida por violencia contra Iraq, horrenda violencia en Israel y los territorios palestinos, mientras seguía "la eterna balacera" en países latinoamericanos.
La situación se grabó con fuego en la conciencia universal con los trágicos acontecimientos del 11 de setiembre de 2001 y con todas sus secuelas de más terror y más violencia.
La historia de América Latina ha sido la de cinco siglos de violencia desde la brutal conquista de Abya Yala por los españoles.  Como bien sentenció la conferencia episcopal de Medellín (1968), este continente fue "concebido en pecado" cuando nació en un baño de sangre, y vive en un estatus quo de pecado mortal (literalmente). Lo peor es que esa agresión se justificó desde las páginas de la Biblia, sobre todo apelando al paradigma de la "conquista" de Canaán por Israel.[2]
Las condiciones del famoso "Requerimiento" se basaban textualmente en los términos de Deuteronomio 20:10-11 para la rendición y esclavización de las ciudades cananeas.  Desde entonces la violencia, tanto implícita (estructural, clasista, racista) como explícita (masacres, torturas, secuestros, desapariciones), ha reinado en la mayoría de nuestros países.
Un poco de clarificación de términos: El complejo semántico relacionado con la violencia es vasto: guerra, ejército, policía, guerrilla, lucha armada, revolución, terrorismo, tortura, masacre, atrocidades, secuestro, opresión, y muchos vocablos más.
Hay también otros niveles del fenómeno como son la violencia sicológica, la económica, la violencia doméstica, acoso sexual, y hasta violentos fenómenos naturales (terremotos, volcanes, huracanes, sequías e inundaciones).  Es importante tomar en cuenta la amplia variedad de estas formas de violencia, y también utilizar el vocabulario con la mayor precisión posible.
El denominador común de su significado puede iluminarse por la relación de "violencia" con el verbo "violar".  Violencia puede entenderse como todo aquello que irrespeta la dignidad del ser humano y atropella su mismo ser como imagen y semejanza de Dios.
Se puede "violar" al otro físicamente, hiriéndolo o matándolo, pero también materialmente (robando o dañando sus bienes o negándole la base material de su subsistencia); además verbalmente, sicológicamente y en muchas otras acciones que abusan del ser humano e infringen sus derechos y su dignidad (Horsley 1993:20-28).
Hélder Cámara, en su libro El cristianismo y la liberación (1976.102), ofreció uno de los más penetrantes análisis de la violencia, que se ha convertido en punto de partida para el tema.  Según don Hélder, hay tres violencias.  A la primera la llama violencia institucional, instalada en las estructuras injustas de una sociedad opresora.  Sus víctimas son los pobres, los explotados y marginados.  "Esta es la primera y la peor violencia", dice Hélder Cámara.  La segunda violencia, según el obispo brasileño, es la violencia insurreccional, en reacción contra la existente violencia institucionalizada.  Es en efecto una contra-violencia. La tercera es la violencia represiva, para defender al sistema y sus privilegios contra la amenaza insurrecional.
Desafortunadamente, se suele limitar el término "violencia" a la segunda, la violencia revolucionaria, y se buscan eufemismos para la primera y la tercera.  Como veremos en seguida, eso es exactamente lo contrario de la semántica bíblica.
CONCEPTO HEBREO ANTIGUO
En el hebreo el concepto de violencia era significativamente diferente a nuestro concepto moderno.  Aunque en su lenguaje existían bastantes términos para opresión, destrucción, robo, etc.[3], había un solo vocablo que corrrespondía en forma precisa al sentido de "violencia", la palabra JâMâS (60 veces en AT; el verbo JâMaS ocho veces).
El diccionario de Schökel y Morla nuclea este sustantivo alrededor de "violencia, injusticia, agresión, brutalidad, atropello", lo cual resume bien el campo semántico correspondiente (1999:263).  Los agentes de JâMâS son siempre los opresores, los podoerosos y privilegiados (Am 3.10; Miq 6.11-12; Ezq 7.11,19,23-34.).[4]
En el uso hebreo, aunque nos parezca extraño, no se habla de JâMâS cometido por los pobres y débiles, ni tampoco contra los poderosos.[5]  Herbert Haag, en un comentario sobre Sofonías 3:4, describe JâMâS como "el abuso contra los indefensos, torciendo la ley religiosa en desventaja de ellos" (1980:479). Después de un análisis cuidadoso, Haag concluye que "la opresión de los [pobres]...es el sentido básico de JâMâS" (p.480).  Mott (1995:184) demuestra que "en perspectiva bíblica, la violencia es una subcategoría de la injusticia".
Por eso, muchas acciones que nosotros consideramos violentas, pero que no son opresión de los poderosos contra los débiles, en el pensamiento hebreo no se clasifican como violencia ni se condenan como tal.  La conquista sangrienta de Canaán según Josué 1-11 nunca se tilda de violenta (JâMaS).  En el libro de Jueces, tan lleno de acciones sumamente crueles, no se describen esas "luchas armadas" como violencia sino como liberación (2:16-18; 3:9;15; 10:1) y salvación (6:14-16,36; 13:5; 15.18).  El guerrillero David niega que haya habido JâMaS en sus manos (1 Cr 12.17), a pesar de haber librado fuertes luchas armadas.
Para mayor rigor semántico, en este estudio trataremos de distinguir entre violencia (sin comillas), para indicar nuestro entendimiento moderno del término, y por otra parte "violencia" con comillas cuando nos referimos a la antigua comprensión hebrea del concepto.  El término sin comillas significará un entendimiento de la violencia básicamente ajeno a la conciencia hebrea; con comillas, significaría lo que estarían entendiendo ellos pero diferente a la conceptualización nuestra.
Con esa clarificación podemos intentar una hipótesis parcial sobre el tema: aunque hay mucha violencia en la Biblia, Dios nunca aprueba la "violencia" como podían entenderla ellos en su propio contexto.  Esa precisión, por supuesto, sólo pretende situar el problema, no justificar todo lo que se hizo en la época bíblica ni mucho menos proponerlo como norma de conducta para hoy.

NOTAS AL PIE
[1] Este artículo fue escrito para el Comentario Bíblico Latinoamericano, tomo I, a ser publicado pronto por Verbo Divino (Buenos Aires).
[2] Cf. J. Stam, "La Biblia en la Teología colonialista de Juan de Sepúlveda" en Revista de Historia, Universidad Nacional de Costa Rica, #25 (enero-junio 1992), pp.157-164; "Exégesis Bíblica en la Teología de los Conquistadores", Boletín Teológico #47/48 (12.92), pp. 267-272.  Por supuesto, otro tanto sufrieron los indígenas de las colonias británicas.
[3] Hanks (1982:2-42; 1983:5-25) analiza diez vocablos hebreos del complejo semántico de "opresión"; la versión inglesa agrega "diez raíces menos frecuentes para opresión" (1983:26-31).
[4] Job acusa a Dios de cometer JâMâS contra él (19:7); varios pasajes interpretan la JâMâS de Asiria y Babilonia como castigo divino, en que Dios usa la violencia de ellos para sus propósitos de justicia contra los opresores israelitas (Hab 1.2).
[5] Haag (1980) 479-483; Hanks (1982) 129-132; Mott (1995) 184-185.

Fuente: Protestantedigital, 2017

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