Por
Maximiliano A. Heusser - Argentina
En el día de ayer, 10 de Agosto, se realizó en
las instalaciones de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC),
la Conferencia del teólogo brasileño Leonardo Boff titulada “Democracias
Latinoamericanas y proyectos populares”, organizada por el Centro Tiempo
Latinoamericano, de la misma ciudad.
El teólogo y ex sacerdote franciscano comenzó su
exposición afirmando que los teólogos de la liberación están a favor de los
pobres y en contra de la pobreza. Tienen un pie en el Evangelio y otro en el
barro, en la realidad de la gente pobre. Esta característica diferencia a la
teología de la liberación de otras teologías. La teología de la Liberación
trabaja desde la realidad, utilizando las herramientas de la sociología, de la
antropología y otras ciencias.
En este sentido, llamó a tener memoria y a recordar
a aquellas personas que a lo largo de los años han evidenciado las mentiras del
sistema. Sostuvo que cuando “una iglesia tiene mártires es porque allí hay
verdad y allí está el Espíritu Santo”. Cuando se denuncian las injusticias,
allí también está el Espíritu Santo.
El teólogo reflexionó sobre la actualidad
Latinoamericana. Sostuvo que “vivimos en un contexto conflictivo y en crisis.
Vemos que el sistema de los últimos tres siglos no funciona”. De la misma
manera, advirtió que las recetas capitalistas y neoliberales no sólo han
fracasado en nuestros países y en los países del norte, sino que van contra la
gente pobre. Sostuvo que los ajustes económicos, la eliminación de derechos, la
flexibilización laboral, y medidas similares, dañan especialmente a los
sectores empobrecidos de las sociedades. Sostuvo “estamos en un vuelo ciego, no
sabemos hacia dónde va la humanidad”.
Boff se refirió también al rol de los cristianos y
cristianas en estos procesos y crisis sistémicas, planteando la necesidad de
pasar de un cristianismo de devoción a un cristianismo comprometido, consolando
a quienes sufren, denunciado las injusticias y dando esperanza a quienes la han
perdido. Hay que superar, advirtió, el mucho fariseísmo presente en los
cristianos.
También planteó tres aspectos que deben tenerse en
cuenta para comprender la realidad de los pueblos latinoamericanos. Si bien,
afirmó, están pensados desde el Brasil, pueden aplicarse a otros países de la
región:
- Somos países colonizados: Hemos sido explotados por potencias extranjeras. Esto ha traído la conformación de élites ricas en cada país de América Latina. La colonización produce problemas, porque los países terminan mirándose a sí mismos desde afuera, del extranjero, y no desde la realidad del pueblo. Hay una enajenación.
- La esclavitud: Brasil es uno de los países con mayor población negra del mundo, fuera de África. El esclavo es una pieza, una cosa. Este pensamiento deja marcas profundas de humillación en estos sectores del pueblo. En Brasil mueren cerca de 60.000 personas por año en manos de las fuerzas de seguridad, todos pobres, en su mayoría negros y mujeres.
- La gran transformación: Hemos pasado de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Todo se ha transformado en una mercancía. El amor, la amistad, un bello paisaje… todo. Las personas, en esta sociedad, tienen un valor económico. Han perdido su dignidad humana. Siempre hubo intercambio de mercancías, pero ahora hay competencia. En este sentido, Boff advirtió que se está llegando al máximo de la explotación como sistema, ya que se especula con la moneda, es una moneda virtual. Es un escenario triste que incide sobre la sociedad, donde se fomenta una sociedad para pocos y no para todos.
Acercándose al final de su exposición, el teólogo
se refirió al cuidado del planeta como “Madre Tierra”, trayendo a la memoria el
decir de los pueblos indígenas que hablan de “las bondades de la tierra”, lo
que el capitalismo nomina “recursos” y los académicos llamamos, dijo, bienes y
servicios de la tierra. Llamó a advertir que no son renovables, sino que se
agotan, y lo que hay no va a alcanzar para toda la humanidad. Esto puede traer
una crisis humanitaria enorme. Debemos cambiar, mencionó, la manera en la que
nos relacionamos con la tierra, porque es un ser que sufre y que necesita ser
salvado.
El teólogo brasileño terminó refiriéndose a las
democracias participativas, las cuales consideró las mejores, denunciando los
ataques de las élites de poder económico sobre las mismas. Esto sucedió, según
su punto de vista, en Honduras, Paraguay y Brasil. De esta manera, consideró el
impachment contra Dilma Rousseff, la reacción de la derecha rica en contra de
la democracia participativa que se ha ocupado de los sectores empobrecidos del
Brasil. También sostuvo que considera que en la Argentina sucede lo mismo, pero
con un gobierno elegido democráticamente.
Fuente: ALNOTICIAS, 2016.
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