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jueves, 4 de junio de 2009

Al pastorado lo legitimiza la gente, sostuvo la Obispa Ritchie

ECUPRES “Siempre digo que una cosa son las herramientas que te da lo académico y otra es el reconocimiento que te puede dar una comunidad por la tarea propia. Es en la práctica que uno va siendo reconocido por otros, nadie es Pastor o Pastora porque estudió. Se es Pastor cuando la gente siente que más que un trabajo o una profesión, es un estilo de vida.”
Esa afirmación corresponde a la Obispa Nelly Ritchie, de la Iglesia Evangélica Metodista de Argentina (IEMA), quien en 1977 inició su pastorado en Salta, lo continuó en Patagones, Rosario, Córdoba y actualmente es Obispa en su segunda reelección que finalizará en la Asamblea General de la Iglesia Metodista a realizase en agosto de este año.
Entrevistada por “Pensando juntos la vida”, el programa de radio de la Iglesia Metodista Central de Bahía Blanca, Ritchie explicó que en la tarea específica del obispado lo “primero es el pastoreo de los pastores y pastoras y luego la dirección de toda la iglesia” que detalla como “no en el sentido de mandar sino de acompañar como hace un pastor con sus ovejas”
La primera obispa argentina explicó que en la IEMA se práctica “un sistema muy democrático y participativo porque los nombres de las personas son sugeridos en una asamblea general por las regiones y hay una elección y tenemos que tener una mayoría absoluta. Así que se realizan todas las elecciones necesarias hasta conseguir esa mayoría. Cuando uno es electo, se es Obispo u Obispa por un periodo de cuatro años con posibilidad de una reelección. El Episcopado no tiene un carácter jerárquico sino de servicio, porque la autoridad máxima de la iglesia no es el Obispo sino la asamblea del pueblo reunido”.
Al preguntársele si en el ejercicio del obispado tuvo problemas particulares por ser mujer, Ritchie respondió que “Una no puede decir si tiene más o menos dificultades que un varón en esta función, creo que planteamos el trabajo de un modo distinto. El ejercicio de la autoridad es concebido de un modo diferente, no solo en el episcopado sino también en la tarea pastoral. Personalmente, trabajando en consensos y tratando de buscar los modos de superar las dificultades, mi experiencia ha sido de mucha aceptación, no quiero decir con esto que no he tenido dificultades o que no he sentido incomodidades”.
Sobre la observación de que “El Episcopado no tiene un carácter jerárquico” la Obispa de la IEMA explicó que “Tanto en mi caso como en el de muchos colegas, hemos trabajado bastante este concepto de lo no jerárquico, que no es fácil, porque muchas veces una de las críticas que he tenido en el ejercicio de la autoridad a sido ¨tenés que presionar en esto¨ o ¨tenés que hacer eso” y yo decía, no es mi modo de hacerlo, creo que hay otras forma de ejercer, otro estilo de autoridad”
Amplió el concepto al expresar que “Para mi la autoridad es el reconocimiento de la gente. Es muy difícil cuando uno entiende la autoridad o cierto ejercicio del poder como la imposición de la voluntad o el pensamiento de uno sobre los demás. El modelo que la iglesia debe seguir es el modelo de Jesús quien dijo ¨no vine a ser servido sino a servir¨. Admiro a algunas personas que no solo lo hicieron discurso sino que lo han hecho en la práctica”.
Al observársele que ese estilo del ejercicio de la autoridad no es habitual, comentó que “Esto no es lo común en nuestra sociedad, sino que es frecuente que la persona que llegó a cierto nivel crea que es por propio mérito; con esto no digo que no haya esfuerzos que realizar, pero la vocación, sea religiosa, política, o pública, si es una verdadera vocación es en función de los demás no en función de uno mismo; y el bienestar de uno depende del bienestar de los demás”
En ese punto de la entrevista desde “Pensamos juntos la vida” se le inquirió sobre su visión de la autoridad en el continente. Sostuvo que “En toda América Latina estamos marcados por un concepto del autoritarismo muy fuerte. Todavía somos herederos de un concepto de conquista que sigue siendo muy violento; la conquista cultural y la imposición del pensamiento único ¨las cosas se hacen así, este es el único modelo”, el único modo”.
Nelly Ritchie diferenció autoridad de poder al decir “creo que el poder no es malo, depende como se ejercite, pero si uno no tiene poder, no hay nada que pueda cambiar o hacer. El tema es en función de que voy a ejercer esa autoridad y como voy a hacer uso de ese poder. Lamentablemente los ejemplos que se ven del uso de autoridad y poder, son los centrados en ¨mis prioridades¨. Esto no es lo que uno ve entre la gente común, estas personas tiene muy claro que el bienestar es el de todos”
De su país piensa que “Nosotros en Argentina tenemos referentes de autoridad moral, ética, hemos perdido muchos, pero seguimos teniendo y a veces nos quedamos muy enredados en la corrupción del poder, la falta de un ejercicio genuino de la autoridad, que a veces hasta se lleva al otro extremo, la permisividad total, el temor a ejercer la autoridad hace que halla una permisividad. Hay un ejercicio de autoridad donde uno se plantea los límites que nos hemos puesto, constitución, normas, reglamentos. El poder decir que hay límites es sano, el poder definir espacios no es represivo, sino que ayuda al crecimiento. En esto estamos haciendo ensayos a aciertos y errores, porque venimos de una sociedad donde ante la primera dificultad queremos alguien que ponga orden y mano dura y nos lleva al mismo callejón sin salida”.
Para el entrevistador del programa radial de la Iglesia Metodista Central de Bahía Blanca la ficha caía por su propio peso, por lo que comentó que la forma de presentar a Jesús no respondía a sus afirmaciones.
La respuesta de la Obispa fue “La figura de Jesús hay que verla en su totalidad y no la parte que nos gusta a nosotros. Jesús fue muy duro y muy terminante y enjuiciante de los que abusaban de la gente. Se levantó contra los religiosos que ponían mas carga de los que la gente podía llevar, le dijo a los religiosos que usaban la religión como un medio de vida propio ¨ustedes han hecho de la casa de Dios una cueva de ladrones¨ y los sacó a los latigazos, pero se puso junto a las personas que sufrían y les dijo que eran tan dignos como cualquier otro al que hacia de la religión una cuestión puramente formal les dijo que eran sepulcros blanqueados”.
Agregó que “El discurso de Jesús hay que tomarlo en su totalidad, al Él no le llega la cruz en un momento determinado, Jesús muere como un criminal, enjuiciado política y religiosamente. Esta muerte, que en esa época era vergonzosa, la muerte de un criminal; cuando uno dice que Dios asume ese camino para que no haya otras cruces”
Finalizó sosteniendo que “Nosotros no somos los seguidores del crucificado, somos seguidores del que venció la cruz, por lo tanto a Jesús hay que tomarlo en toda su dimensión. En la dimensión del Jesús tierno que abraza a los niños y que perdona a quien es juzgado por los demás, que restituye al que esta fuera de la sociedad, pero es muy duro con quien pretende ser lo que no es, sea autoridad política o religiosa. En esto sigue la línea de los profetas. A veces no nos gusta este Jesús porque es como mirarnos al espejo. Lo profundamente divino de Jesús es que nos ayuda a recuperar nuestra propia humanidad. Creo que no es ni una imagen, ni un fracasado. Solo puede ser fracasado para el concepto exitista de nuestro mundo”.

Pensando juntos la vida se emite los jueves a las 20 por Radio FM De la Calle 88.1
fmdela calle.com.ar.
Fuente: El blog del programa es http://radioiema.blogspot.com
Desgrabación de la entrevista, Andrea Saiz, del grupo de jóvenes metodistas de Bahia Blanca.

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