Nota: La semana pasada estuvo por acá en Bs. As., mi estimado amigo Leopoldo, presentó una serie de conferencias sobre nuestro famoso reformador Juan Calvino. Me refrezcó la memoria sobre este gran personaje; además del rigor académico, pudimos platicar de muchas cosas, como compañeros de estudio de la Maestría en Ciencias Teológicas de la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica; nuestro futuro y lo que debemos seguir profundizando... Agradezco a Leo por su vida personal, su rigor académico y su gentileza para compartir junto a mi familia. Desde ya Leo muchas gracias y que Dios te siga iluminado en lo que haces, sos grande, me quedo sin palabras. Un abrazo, Luis Edo Cantero.
Por. Leopoldo Cervantes - Ortiz, México*
Al pastor Gerardo Oberman y a las Iglesias Reformadas en Argentina, con gratitud y afecto
En 2004, dentro de su colección “Companion”, la Universidad de Cambridge, Inglaterra, publicó el tomo correspondiente al reformador Juan Calvino, editado por el pastor presbiteriano estadunidense Donald McKim, director de la editorial Westminster John Knox. Llamaba poderosamente la atención que la sección biográfica estuviera a cargo de quien es, quizá, el mayor calvinólogo católico de la actualidad, el profesor húngaro-francés Alexandre (Sándor) Ganoczy,(1) antiguo asistente de Hans Küng y docente de teología dogmática en el Instituto Católico de París y en las universidades de Münster y Würzburg. No se trataba de una sorpresa pues, años atrás, se había encargado de una tarea similar en L´aventure de la Reforme, volumen colectivo coordinado por el destacado historiador protestante francés Pierre Chaunu. La versión inglesa lleva por título The Reformation.(2)
En ambas ocasiones, el nombre de Ganoczy aparece al lado de los más prestigiosos estudiosos de la época de la Reforma, pues su abordaje de Calvino, proveniendo de la esfera católica ha revolucionado la apreciación del reformador francés en ese ámbito. Un testimonio de ese esfuerzo fue una de las primeras obras sobre Calvino publicadas en España: Eclesiología y antropología en Calvino (Cristiandad, 1975), del profesor Jesús Larriba, quien cita un texto de Ganoczy publicado en la revista Concilium, según el cual Calvino podría ser visto como “el más católico” (y ecuménico) de los reformadores:
Para los católicos preocupados por la unidad de la Iglesia de Cristo, el estudio directo de Calvino [tiene gran interés porque] el pensamiento eminente y sistemáticamente eclesial del reformador de Ginebra es ciertamente afín a la eclesiología católica actual […]
Otro factor de convergencia (y de interés para los católicos) está constituido por el hecho de que Calvino ha dado más importancia que cualquier otro teólogo de la Reforma al estudio de los Padres de la Iglesia. De una manera general puede decirse que Calvino ocupa una de las posiciones centrales en toda la historia de los dogmas; él es, en efecto, quien ha logrado… dar una expresión clara y sistemática del pensamiento de Lutero, salvaguardando… un número considerable de elementos doctrinales e institucionales de la tradición católica.(3)
Asimismo, en ese artículo, Ganoczy invitaba a los teólogos católicos a una doble tarea: eliminar de los manuales las páginas “polémicas y falsas” sobre Calvino e investigar con valor y libertad las fuentes directas del pensamiento religioso de la Reforma. Se trataba de un llamado producido, sin duda, por los aires renovadores del Concilio Vaticano II. Y vaya que él mismo había dado muestras firmes de lo que promovía, pues su tesis doctoral había sido un monumental estudio sobre la teología calviniana, Calvin, théologien de l´Eglise et du ministère (Calvino, teólogo de la Iglesia y del ministerio, París, 1964), seguido por el estudio Calvin et Vatican II, del mismo año. Más tarde, profundizó como pocos en los años juveniles de Calvino con Le jeune Calvin, genèsse et évolution de sa vocation reformatrice (El joven Calvino: Génesis y evolución de su vocación reformadora, 1966; inglés: 1987), y todavía, en 1968, abundó en sus estudios sobre la eclesiología del reformador en: Ecclesia ministrans. Dienende Kirche und kirchlicher Dienst bei Calvin (Ecclesia ministrans. La Iglesia como sierva y el servicio eclesiástico según Calvino).
Su libro sobre la juventud de Calvino se ha vuelto una referencia insustituible para cualquier estudio serio pues rastreó minuciosamente las fuentes biográficas e investigó exhaustivamente la etapa anterior a la primera estancia de Calvino en Ginebra. Particular atención le presta a la conversión de Calvino, sobre la cual se han escrito cientos de páginas sin alcanzarse todavía un consenso satisfactorio dadas las escasas referencias que sobre ello hay en la obra escrita del reformador. Este es un punto de los más complejos en la calvinología de todos los tiempos, pues ha generado muchas interpretaciones acerca del papel del humanismo en el desarrollo de la conciencia de fe de Calvino.
De modo que estamos ante un calvinólogo de gran aliento, sólida formación y penetrante análisis. Como prueba de ello, citaremos un par de fragmentos de su contribución al libro coordinado por Chaunu, en los que se puede percibir la perspicacia y agudeza de su diálogo teológico con Calvino:
Calvino, un eclesiástico que nunca recibió la ordenación, permaneció como un gran predicador y teólogo, marchando a la cabeza de una nueva civilización, y como un intelectual poseído por una fe a la vez cristocéntrica y eclesial. Infatigable, a pesar de su salud quebrantada, se exigió demasiado para cumplir con la enorme tarea que se había impuesto. […]
Combinando su teología política con su eclesiología pneumática, Calvino ayudó a la Reforma a sobrevivir y a proyectarse. El movimiento evangélico encontró en él a un organizador y sistematizador, que le permitió resistir a la Contrarreforma y, posteriormente, a la Reforma Católica. Paradójicamente, esta misma herencia calvinista es actualmente una fuente de posibilidades ecuménicas, dadas las significativas coincidencias que se han observado entre Calvino y el Concilio Vaticano II.
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1) Cf. A. Ganoczy, “Calvin´s life”, en D. McKim, ed., The Cambridge Companion to John Calvin. Cambridge University Press, 2004, pp. 3-24.
2) Cf. A. Ganoczy, “Calvin”, en P. Chaunu, ed., The Reformation. Gloucester, Alan Sutton, 1989, pp. 120-136.
3) A. Ganoczy, “Calvino y la opinión de los católicos de hoy”, en Concilium, núm. 14, abril de 1966, pp. 511-512.
Artículos anteriores de esta serie:
1 Emile Doumergue
2 André Biéler
* Cervantes-Ortiz es escritor, médico, teólogo y poeta mexicano.
© L. Cervantes-Ortiz, ProtestanteDigital.com (España, 2009).
Por. Leopoldo Cervantes - Ortiz, México*
Al pastor Gerardo Oberman y a las Iglesias Reformadas en Argentina, con gratitud y afecto
En 2004, dentro de su colección “Companion”, la Universidad de Cambridge, Inglaterra, publicó el tomo correspondiente al reformador Juan Calvino, editado por el pastor presbiteriano estadunidense Donald McKim, director de la editorial Westminster John Knox. Llamaba poderosamente la atención que la sección biográfica estuviera a cargo de quien es, quizá, el mayor calvinólogo católico de la actualidad, el profesor húngaro-francés Alexandre (Sándor) Ganoczy,(1) antiguo asistente de Hans Küng y docente de teología dogmática en el Instituto Católico de París y en las universidades de Münster y Würzburg. No se trataba de una sorpresa pues, años atrás, se había encargado de una tarea similar en L´aventure de la Reforme, volumen colectivo coordinado por el destacado historiador protestante francés Pierre Chaunu. La versión inglesa lleva por título The Reformation.(2)
En ambas ocasiones, el nombre de Ganoczy aparece al lado de los más prestigiosos estudiosos de la época de la Reforma, pues su abordaje de Calvino, proveniendo de la esfera católica ha revolucionado la apreciación del reformador francés en ese ámbito. Un testimonio de ese esfuerzo fue una de las primeras obras sobre Calvino publicadas en España: Eclesiología y antropología en Calvino (Cristiandad, 1975), del profesor Jesús Larriba, quien cita un texto de Ganoczy publicado en la revista Concilium, según el cual Calvino podría ser visto como “el más católico” (y ecuménico) de los reformadores:
Para los católicos preocupados por la unidad de la Iglesia de Cristo, el estudio directo de Calvino [tiene gran interés porque] el pensamiento eminente y sistemáticamente eclesial del reformador de Ginebra es ciertamente afín a la eclesiología católica actual […]
Otro factor de convergencia (y de interés para los católicos) está constituido por el hecho de que Calvino ha dado más importancia que cualquier otro teólogo de la Reforma al estudio de los Padres de la Iglesia. De una manera general puede decirse que Calvino ocupa una de las posiciones centrales en toda la historia de los dogmas; él es, en efecto, quien ha logrado… dar una expresión clara y sistemática del pensamiento de Lutero, salvaguardando… un número considerable de elementos doctrinales e institucionales de la tradición católica.(3)
Asimismo, en ese artículo, Ganoczy invitaba a los teólogos católicos a una doble tarea: eliminar de los manuales las páginas “polémicas y falsas” sobre Calvino e investigar con valor y libertad las fuentes directas del pensamiento religioso de la Reforma. Se trataba de un llamado producido, sin duda, por los aires renovadores del Concilio Vaticano II. Y vaya que él mismo había dado muestras firmes de lo que promovía, pues su tesis doctoral había sido un monumental estudio sobre la teología calviniana, Calvin, théologien de l´Eglise et du ministère (Calvino, teólogo de la Iglesia y del ministerio, París, 1964), seguido por el estudio Calvin et Vatican II, del mismo año. Más tarde, profundizó como pocos en los años juveniles de Calvino con Le jeune Calvin, genèsse et évolution de sa vocation reformatrice (El joven Calvino: Génesis y evolución de su vocación reformadora, 1966; inglés: 1987), y todavía, en 1968, abundó en sus estudios sobre la eclesiología del reformador en: Ecclesia ministrans. Dienende Kirche und kirchlicher Dienst bei Calvin (Ecclesia ministrans. La Iglesia como sierva y el servicio eclesiástico según Calvino).
Su libro sobre la juventud de Calvino se ha vuelto una referencia insustituible para cualquier estudio serio pues rastreó minuciosamente las fuentes biográficas e investigó exhaustivamente la etapa anterior a la primera estancia de Calvino en Ginebra. Particular atención le presta a la conversión de Calvino, sobre la cual se han escrito cientos de páginas sin alcanzarse todavía un consenso satisfactorio dadas las escasas referencias que sobre ello hay en la obra escrita del reformador. Este es un punto de los más complejos en la calvinología de todos los tiempos, pues ha generado muchas interpretaciones acerca del papel del humanismo en el desarrollo de la conciencia de fe de Calvino.
De modo que estamos ante un calvinólogo de gran aliento, sólida formación y penetrante análisis. Como prueba de ello, citaremos un par de fragmentos de su contribución al libro coordinado por Chaunu, en los que se puede percibir la perspicacia y agudeza de su diálogo teológico con Calvino:
Calvino, un eclesiástico que nunca recibió la ordenación, permaneció como un gran predicador y teólogo, marchando a la cabeza de una nueva civilización, y como un intelectual poseído por una fe a la vez cristocéntrica y eclesial. Infatigable, a pesar de su salud quebrantada, se exigió demasiado para cumplir con la enorme tarea que se había impuesto. […]
Combinando su teología política con su eclesiología pneumática, Calvino ayudó a la Reforma a sobrevivir y a proyectarse. El movimiento evangélico encontró en él a un organizador y sistematizador, que le permitió resistir a la Contrarreforma y, posteriormente, a la Reforma Católica. Paradójicamente, esta misma herencia calvinista es actualmente una fuente de posibilidades ecuménicas, dadas las significativas coincidencias que se han observado entre Calvino y el Concilio Vaticano II.
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1) Cf. A. Ganoczy, “Calvin´s life”, en D. McKim, ed., The Cambridge Companion to John Calvin. Cambridge University Press, 2004, pp. 3-24.
2) Cf. A. Ganoczy, “Calvin”, en P. Chaunu, ed., The Reformation. Gloucester, Alan Sutton, 1989, pp. 120-136.
3) A. Ganoczy, “Calvino y la opinión de los católicos de hoy”, en Concilium, núm. 14, abril de 1966, pp. 511-512.
Artículos anteriores de esta serie:
1 Emile Doumergue
2 André Biéler
* Cervantes-Ortiz es escritor, médico, teólogo y poeta mexicano.
© L. Cervantes-Ortiz, ProtestanteDigital.com (España, 2009).
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