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jueves, 11 de junio de 2009

¡Te reconoces! HAZ ALGO HOY, DILE SI A LOS VALORES!

Ingresa al link y después retorna al comentario del blog http://www.youtube.com/watch?v=cXODzPK0py4&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Erosiorozco%2Ecom%2Fvalores2%2Ehtml&feature=player_embedded Es posible repartir lo que se tiene y aumentar la riqueza; también es posible mostrarse avariento y perderlo. En cualquier sociedad hay ganadores y perdedores. La diferencia entre los unos y los otros radica en los valores o principios que siguen. El principios de sembrar establece que es posible dar y sin embargo tener más, lo cual significa que está en nosotros el tener poco o mucho.

La diferencia radica en si nos aferramos fuertemente a nuestro dinero, ideas y sueños, o si utilizamos lo que poseemos para ayudar a otros. En otras palabras, sembrar produce una corriente. Recibimos para tomar parte para nosotros mismos y otra parte darnos a los demás. Si tomamos solo para nosotros, estamos deteniendo el fluir y represando la corriente. Como quiera que se mire, la productividad es progreso en la vida.

Beneficios:
Cuando sembramos en otros obtenemos:

1. Punto de equilibrio entre el consumo propio y dar a otros. Si no nos comemos todo el trigo y separamos unas semillas y las sembramos, cosecharemos diez o cien veces más de lo sembrado.
2. Sembrar es realmente asegurar el futuro, porque si dejamos de sembrar, no podemos volver a recolectar.
3. Al sembrar en otros, al cultivarlos, nos cultivamos a nosotros mismos. Sembrar en vida es, pues, un asunto crucial porque cosechamos lo que sembramos. Las posibilidades de recuperar en abundancia cualquier cosa que sembremos, son inmensas.

Características:
En la conducta de las personas que siembran en otros encontramos:

1. Siembran y hacen seguimiento: riegan y podan lo sembrado. Se vuelve un sistema de administración: Debemos dar y hacerle seguimiento a lo dado para hacer que fructifique y nos llegue más y más, de lo contrario no sacaremos nada de esa idea, o del esfuerzo dedicado, o del dinero invertido. La abundancia de la cosecha depende no solo de cuanto se siembra, sino también de los cuidados posteriores. Si no regamos, es conformarse con la mera acción de dar. La multiplicación proviene del seguimiento a la acción; proviene del riego. Hay un viejo adagio que es un principio de vida: "El trabajo nos enseña a crecer" porque cuando plantamos, le hacemos seguimiento a algo. Dar y alejarnos no permite que la buena acción florezca.
2. No están preocupados por reclamar sus derechos. Uno oye decir: "Tengo derecho a esto". Esta actitud es contraria a la de sembrar. Si sembramos tenemos el derecho a creer que cosecharemos sin necesidad de reclamar derechos. Es la fe que ponemos en lo que damos, creyendo que todo volverá. Cuando caminamos por las calles y sonreímos, el noventa por ciento del tiempo recibimos una sonrisa de alguien como respuesta.
3. Se preguntan cuales son las semillas. Puede ser el dinero, el tiempo, los consejos, o los valores, o pueden ser las ideas. Hay muchísimas cosas que podemos sembrar constantemente. Todo regresa. Todo vuelve.

Pasos a Seguir:

1. Siempre siembre. Si no siembra no podrá cosechar. No podrá ser receptor de bienes sin antes constituirse en benefactor para otros. El principio de la siembra constituye la diferencia entre ganar y perder. Los principios universales son efectivos. No siempre producirán recompensa inmediata, pero con seguridad, la traerán.
2. Gánese el pan. El propósito de no alimentar a quien no trabaja es que el hambre conduce a aprender la lección de que hay que ganarse el pan. Si usted no siembra ideas en los demás, no tiene derecho a esperar algo. La vida es un regalo. Lo que pase es el resultado de lo ganado. Usted gana lo que llega a ser.
3. Sembrar abundantemente. El principio de la siembra hace parte de los principios absolutos y no puede ser quebrantado sin sufrir pérdidas. Si sembramos poco, cosechamos poco.
4. No dé lugar a la pereza. Esta impide plantar, sembrar y regar.
5. No permita la mezquindad. La mezquindad hace que usted se aferre al dinero, a las ideas, a los talentos. Atesorar para sí mismos es una clase de temor a la competencia.

El hombre generoso se volverá rico porque es generoso consigo mismo, su tiempo y su talento. Lo que entregamos es lo que construye. Por ello, el principio establece que dando nos volvemos más ricos.

Evaluación:
¿En qué áreas de su vida está reteniendo algo que podría ser una semilla para otros?
¿Qué ha cosechado en su vida?
¿A quién le puede agradecer esa siembra?

Fuente: © 2009 La Red Business Network :: Todos Derechos Reservados

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