Aún
cuando el AT no presenta, en sentido estricto, una visión de "misión
trans-cultural", en el otro sentido de "misión integral"
podríamos decir que todo el AT es el mensaje de un proyecto del Dios misionero
que envía sus agentes para llevar adelante la historia de la salvación.
Por
lo mismo, debemos aprender a leer todo el AT misionológicamente, como historia
de la salvación. Desde esa comprensión más amplia y bíblica de misión, podemos
entender que el proyecto misionero de Dios es la historia de la salvación, y
ésa a su vez es el mensaje central de todo el AT [cf Stam 1992:19-43].
Podemos
decir que el mensaje misionero del AT gira en torno a cinco ejes
decisivos: (1) la Creación, como base de toda teología misionera [Stam
1995]; (2) la elección y vocación de Abraham y el pacto de bendición a
las naciones; (3) Moisés, el éxodo, Sinaí y Canaán: el proyecto de Dios
como liberación de su pueblo; (4) David, Jerusalén, y la teología del
Reino; y (5) el prometido Mesías, quien termina siendo Alfa y Omega,
principio, centro y fin del proyecto salvífico del Dios misionero de las
escrituras.
Este
proyecto misionero del AT es integral en el sentido más amplio de la palabra;
de hecho, como hemos visto, abarca toda clase de tarea asignada por Dios
excepto la de salir a evangelizar a otras naciones (aspecto crucial que sólo
vendrá con la venida del Mesías).
Una
clave definitiva del carácter de "misión integral" que reviste este
proyecto salvífico puede encontrarse en el pacto con los patriarcas. De en medio de todas las
naciones hundidas en el caos del pecado (Gn 11), Dios saca a Abraham y Sara
para formar con ellos una nueva nación, fruto de su infinita gracia y
poder. Pero esta nación no existirá para su propia ventaja, sino en
función del bien de las demás naciones [Stam 1992:25-30]. La "misión
integral" de Israel será la de llevar bendición a las demás naciones, en
todo el sentido de la palabra.
Aunque
sabemos ahora que esa promesa se cumpliría supremamente en Jesús de Nazaret,
tal esperanza no parece haber figurado explícitamente en la fe de
Abraham. No debemos limitar la "bendición" prometida sólo a esa
salvación futura.
Tanto
la promesa a Abraham y Sara, así como la fe de ellos, fueron concretas y
realistas. Y esa misión de "bendecir a las naciones", a la cual
Dios los llamó, comenzó a realizarse inmediatamente; de hecho parece ser un
tema central del libro de Génesis.
En
Gn 14, por ejemplo, Abraham libera a cinco reyes secuestrados, incluyendo los
de Sodoma y Gomorra, y en Gn 18 intercede por esas dos ciudades. En Gn 29-31 la
presencia de Jacob trae bendición y prosperidad a su suegro, Labán.
Pero
lo más impresionante aparece con el largo relato de la vida y "misión
integral" de José
(Gn 37-50). Portador del Espíritu de Dios (Gn 41.38), con poderes
"carismáticos" para interpretar sueños y predecir el futuro, José
utiliza esos dones como "Ministro de Planificación" y "Ministro
de Agricultura" en el gobierno de Faraón.
De
esa manera Dios lo utiliza para bendición a todas las naciones. Al final
de Génesis , en un pasaje que resume el mensaje central del libro, José revela
a sus hermanos el proyecto de gracia divina que se realizó a través del
anti-proyecto de ellos: "Vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho
pueblo" (Gn 50.20; cf 45.5-8).
Este
pasaje puede verse como una de las más importantes revelaciones del
"proyecto misionero de Dios" y una prueba más de la amplitud de dicho
proyecto salvífico como "misión integral".
NOTAS AL PIE
[5]
Dios envía también a su ángel: Gn 24.7,40; Ex 23.20; 33.2; Sal 78.49 ángeles de
ira).
[6] Is 6.8; Jer 1.7;
7.25; Ezq 2.3s; 3.4s: cf Ag 1.12; Jonás 1.1; Zac 2.15 (11); 4.9; Mal 3.1;
4.5. Los
falsos profetas, en cambio, hablan sin haber sido enviados por Dios (Jr 14.14s;
23.21,32; 28.15; 29.9).
[7]
Is 66.19 parece referirse a un "remanente gentil" que después de
ecaparase del juicio de Dios sobre las naciones vecinas de Israel, irán a
advertir a las naciones lejanas. En forma similar, Dios enviárá un
"salvador y príncipe" para liberar a Egipto de sus opresores futuros
(Is 19.20).
[8]
No debe ser necesario aclarar que de ninguna manera estamos negando ni
despreciando la tarea evangelizadora y el mandato novotestamentario de ir a
todas las naciones. Solamente estamos señalando que tal mandato no
aparece en el AT, el cual sin embargo es un libro profundamento misionero.
[9]
La integridad de la creación y del amor de Dios se ve también cuando, según Jon
3.7, el rey arrepentido ordenó que "hombres y animales, bueyes y
ovejas" ayunasen y se vistiesen de cilicio.
[10]
El libro de Jonás no es excepción a esta característica. Jonás es enviado
a anunciar a Nínive el juicio de Dios, no a invitarles a creer en Yahvé.
Su mensaje no es de salvación sino de denuncia; lo que menos esperaba era el
arrepentimiento de la nación pagana.
Fuente:
Protestantedigital, 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario