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jueves, 18 de enero de 2018

Martin Luther King, Jr. Pasión pastoral, vocación profética

Por. Carmelo Valencia, EEUU.
Este 15 de enero recordamos el natalicio de este pastor-profeta, que ya ha cobrado estatura universal por su compromiso y martirio. No olvidemos que el 4 de abril de 1968 fue vilmente asesinado, allá en Memphis. Se cumplen 50 años en esa fecha.
Al acercarnos, una vez más, a esta figura que convoca siempre al auto-examen y la búsqueda, quisiera enfocar en dos dimensiones que conjugan y definen el perfil y el ministerio de este afro-americano siempre vigente. Por un está lado su pasión pastoral y por el otro su vocación profética. Su ministerio de compasión amorosa encarna esos perfiles que lo definen como siervo de Dios.
Quisiera destacar estos perfiles ministeriales de Martin Luther King, Jr., reflexionando sobre dos lecturas recientes que rescatan esas dimensiones mencionadas, y reiteran la radicalidad del compromiso de Martin Luther King, Jr. por la justicia y su lucha existencial por ser consecuente en la ruta hacia su entrega total por la liberación plena de su pueblo afro-americano.
En el libro Stride Toward Freedom. The Montgomery Story (Boston: Beacon Press, 2010, 1-10), hay un capítulo en que abre la mente y el corazón de este pastor-profeta, con una transparencia y autenticidad admirable. El capítulo lo titula: Return to the South (Regreso al Sur). Relata que ha recibido la invitación para ser pastor en la Iglesia Bautista de la Avenida Dexter en Montgomery, Alabama. En el corazón mismo del sur racista y segregacionista. Por años Montgomery se consideraba la Cuna de la Confederación.
Otras invitaciones a pastorados en Massachussets y Nueva York también habían surgido. Había llegado el momento de considerar seriamente el llamado de la Iglesia Bautista en Dexter, Montgomery. Con mucha ansiedad y determinación predicó el “sermón de prueba”. Finalmente fue llamado en una elección congregacional por unanimidad. Entonces, surgía con fuerza el gran dilema de aceptar un pastorado en el Sur, con toda su turbulencia y conflicto, o irse a una cátedra de teología de uno de los seminarios prestigiosos que lo consideraban seriamente. En consulta con su esposa Coretta y con el resto de la familia extendida, optaron por los sacrificios y luchas que habría que enfrentar en el Sur. En septiembre de 1964 se movieron a Montgomery, Alabama. Los retos y desafíos de aquí en adelante lo llevaron a Martin Luther King, Jr. y su familia los en volvieron en un ministerio pastoral-profético que no pudieron eludir más. El resto lo conocemos bien.
El otro libro que he leído con suma atención es una antología de artículos editados, con una sólida introducción, por el amigo y hermano, Dr. Cornel WestThe Radical King. (Boston: Beacon Press, 2015). La división en cuatro partes, traza una trayectoria que presenta los ángulos más proféticos de Martin Luther King, Jr., su visión revolucionaria, resaltando su identificación con los pobres, su oposición a la guerra de Vietnam y su lucha contra un imperialismo global creciente.
Mi lectura de estos textos confirma ese perfil profético de Martin Luther King, Jr. que muchas veces ha querido ser domesticado o silenciado, incluso resaltando su postura no violenta, con un pacifismo inofensivo que nunca fue la postura de éste valeroso y militante promotor de la justicia del Reinado de Dios. Martin Luther King, Jr. fue un constructor de paz con una ética radical en su propia entrega martirial. Su vida y sacrificio confirman su tesitura espiritual y su predicación pastoral-profética nos muestran el perfil de un cristiano auténtico y cabal.
Quisiera resumir lo que he intentado plantear aquí con tres perspectivas que nos ayuden a comprender la trascendencia, importancia y vigencia de Martin Luther King Jr. en los conflictos y luchas que estamos enfrentando en Estados Unidos y en todo el mundo.
En primer lugar, la pasión pastoral y la vocación profética son dimensiones que se complementan. Su expresión más certera y pertinente es el ministerio del acompañamiento y el compromiso. Jamás una pastoral descomprometida, nunca una función profética sin promoción de la justicia y la paz.
En segundo lugar, es de vital importancia reconocer y entender que lo profético va de la mano con lo martirial. Es decir, somos testigos de un evangelio que se encarna y puede reclamar la entrega de nuestra propia vida.
En tercer lugar, como nos recuerda Abraham J. Heschel en su monumental y valiosa obra, The Prophets. (New York: HarperCollins, 2001, 5-6), el profeta es una persona que recibe una carga pesada de Dios. “La profecía es la voz que Dios ha prestado a la agonía silente”. Entonces, nos añade, Abraham J. Herschel: “Dios rige el mundo con justicia y compasión, o amor. Estos dos caminos no son divergentes, más bien complementarios, porque, es por la compasión que la justicia es administrada”. (280).
En su última predicación desde el Templo C.H. Mason, Iglesia de Dios en Cristo, Memphis, Tennessee, Martin Luther King, Jr. lo expresa con certeza: “Yo veo la tierra prometida”. Les comunica que como pueblo ellos poseerán la tierra prometida. El probablemente no llegue allí. Y con voz convincente (hay video) resume su ministerio: “Mis ojos han visto la gloria de la llegada del Señor”. (Salmo 121). Ha cumplido su misión.
¡Que este pastor-profeta nos siga alentando y animando en esta caminada hacia la plenitud del reinado de Dios y su justicia!


Fuente: Lupaprotestante, 2018

miércoles, 17 de enero de 2018

Martin Luther King, un hombre que dejó huella

Una de las figuras que marcaron el siglo XX para bien fue la del pastor evangélico Martin Luther King Jr. El 15 de enero de cada año se recuerda su figura, aunque en Estados Unidos siempre se dedica el tercer lunes del mes de enero a su conmemoración. Pastor evangélico y activista político, Premio Nobel de la Paz en 1964, Martin Luther King Jr. nació en Atlanta (Georgia) el 15 de enero de 1929. Fue pastor de la Iglesia Bautista Ebenezer en Atlanta, así como lo fueron su padre y su abuelo. Ya desde muy joven se manifiestó como un luchador nato por la defensa de los derechos de la población negra. Como presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Cristianos del Sur se negó a emplear la violencia para conseguir estos objetivos, abogando por una resistencia pasiva. Esta actitud le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1964. Un año después lograba que en los estados sureños se abolieran algunas leyes discriminatorias con la población negra. Pero esto no significó que se consiguiera la igualdad a pesar de su intensa lucha. Un tiro asestado por James Earl Ray acabó con su vida en 1968 en Memphis.
EL BOICOT AL AUTOBÚS
King se graduó en la Morehouse College de la carrera de Sociología Bachiller de Artes B.A. en 1948 y del Crozer Theological Seminary con un B.D. en 1951. Recibió su Doctorado de Filosofía Ph.D. de Boston University en el año 1955.
En 1954, King fue elegido pastor de la Iglesia Bautista de Dexter Avenue en Montgomery, Alabama. Lideró en el boicot al bus de Montgomery en 1955, el cual empezó cuando Rosa Parks rehusó acatar la ley Jim Craw, que obligaba a las personas de color a ceder su asiento a personas blancas. La situación se volvió tan tensa que la casa de King fue atacada. El Dr. King fue arrestado durante esta campaña, la cual finalizó con la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de separar los autobuses entre estados. Continuando con la campaña, en 1957 King participó en la fundación de la Conferencia Sureña del Liderazgo Cristiano (SCLC, siglas en inglés), un grupo creado para organizar el activismo por los Derechos Civiles.
MANIFESTACIONES EN TODO EL PAÍS
King continuó liderando la organización hasta su muerte, una posición criticada por el más radical y democrático Comité de Coordinación Estudiantil de la No violencia. El SCLC obtuvo esta afiliación principalmente de comunidades negras asociadas con iglesias Bautistas.
King fue un defensor de las filosofías de la no violencia y la desobediencia civil, usada satisfactoriamente en India por Gandhi, y aplicó esta filosofía a las protestas organizadas por el SCLC. King aplicó estos principios en la protesta no violenta contra el sistema racista conocido como Jim Craw. La respuesta racista desde diferentes entornos a las marchas pacíficas crearon una ola en pro de los Derechos Civiles en la opinión pública, lo que fue clave para la aprobacion de los Derechos Civiles a principios de la década de los Años 1960.
NOBEL DE LA PAZ  
MLK, Premio Nobel. El 14 de octubre de 1964, King se convirtió en el ganador más joven del Premio Nobel de la Paz, el cual le fue entregado por liderar la resistencia no violenta al fin de los prejuicios raciales en los Estados Unidos. En 1965 King empezó a expresar dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. En febrero y de nuevo en abril de 1967, King se expresó fuertemente contra el papel de los Estados Unidos en la guerra. En 1968, King y el SCLC organizaron la “Campaña de la Gente Pobre” en defensa de los derechos de los más desfavorecidos. La campaña culminó en una marcha en Washington demandando ayuda económica a las comunidades más pobres de los Estados Unidos.
ASESINATO DE M.L. KING
En la tarde del 4 de abril de 1968, King, de 39 años de edad, salió a tomar un poco de aire en un balcón del Hotel Lorraine, el único de Memphis que aceptaba negros. El predicador había ido a esa ciudad de Tennessee para apoyar una protesta de trabajadores de la limpieza. King, afectado por la depresión, ya había pasado la cima de su carrera y el movimiento de protesta pacífica se enfrentaba a la impaciencia de grupos más jóvenes que proclamaban el “poder negro” y bordeaban el recurso de la violencia. “Dios ha permitido que llegara a la cima de la montaña y desde allí he visto la tierra prometida”, dijo la noche anterior a su muerte King ante los fieles congregados en Mason Temple. “Y es posible que no vaya a la tierra prometida con ustedes”. Añadió: “Estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. No temo a hombre alguno. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor”, añadió.
LAS CONSECUENCIAS DE SU MUERTE
Una bala, disparada desde el otro lado de la calle, le penetró por la mejilla derecha y le alcanzó la columna vertebral. King murió poco después en el Hospital St. Joseph. El asesinato en el violento año de protestas que circundaron el mundo provocó disturbios en 125 ciudades de Estados Unidos en los que murieron 46 personas, 2.800 resultaron heridas y más de 26.000 fueron arrestadas. El hecho de que el hombre acusado, juzgado y condenado por el asesinato de King, James Earl Ray, muriese en 1998 en prisión tras negar su culpabilidad ha alimentado variadas teorías de conspiraciones que incluyen desde la mafia a grupos supremacistas blancos y diversas agencias del Gobierno. Los conceptos de desobediencia civil, resistencia y protesta pacífica encarnados por el pastor bautista King han marcado las bregas de figuras como el polaco Lech Walesa, la guatemalteca Rigoberta Menchú, los sudafricanos Desmond Tutu y Nelson Mandela, y en Argentina Adolfo Pérez Esquivel y las Madres de Plaza de Mayo. En 2012, el presidente de Estados Unidos Barack Obama inauguraba el Memorial de Martin Luther King, un monumento de piedra en el que se recuerda su vida y algunos de los mensajes más relevantes de su carrera.


Fuente: Protestantedigital, 2018.

jueves, 19 de enero de 2017

Martin Luther King, un hombre que dejó huella



Una de las figuras que marcaron el siglo XX para bien fue la del pastor evangélico Martin Luther King Jr. El 15 de enero de cada año se recuerda su figura, aunque en Estados Unidos siempre se dedica el tercer lunes del mes de enero a su conmemoración.
Pastor evangélico y activista político, Premio Nobel de la Paz en 1964, Martin Luther King Jr. nació en Atlanta (Georgia) el 15 de enero de 1929. Fue pastor de la Iglesia Bautista Ebenezer en Atlanta, así como lo fueron su padre y su abuelo.
Nació en Atlanta, Georgia y desde muy joven se manifiestó como un luchador nato por la defensa de los derechos de la población negra. Como presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Cristianos del Sur se negó a emplear la violencia para conseguir estos objetivos, abogando por una resistencia pasiva.
Esta actitud le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1964. Un año después lograba que en los estados sureños se abolieran algunas leyes discriminatorias con la población negra. Pero esto no significó que se consiguiera la igualdad a pesar de su intensa lucha. Un tiro asestado por James Earl Ray acabó con su vida en 1968 en Memphis.
EL BOICOT AL AUTOBÚS
King se graduó en la Morehouse College de la carrera de Sociología Bachiller de Artes B.A. en 1948 y del Crozer Theological Seminary con un B.D. en 1951. Recibió su Doctorado de Filosofía Ph.D. de Boston University en el año 1955.
En 1954, King fue elegido pastor de la Iglesia Bautista de Dexter Avenue en Montgomery, Alabama. Lideró en el boicot al bus de Montgomery en 1955, el cual empezó cuando Rosa Parks rehusó acatar la ley Jim Craw, que obligaba a las personas de color a ceder su asiento a personas blancas. La situación se volvió tan tensa que la casa de King fue atacada. El Dr. King fue arrestado durante esta campaña, la cual finalizó con la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de separar los autobuses entre estados.
Continuando con la campaña, en 1957 King participó en la fundación de la Conferencia Sureña del Liderazgo Cristiano (SCLC, siglas en inglés), un grupo creado para organizar el activismo por los Derechos Civiles.
MANIFESTACIONES EN TODO EL PAÍS
King continuó liderando la organización hasta su muerte, una posición criticada por el más radical y democrático Comité de Coordinación Estudiantil de la No violencia. El SCLC obtuvo esta afiliación principalmente de comunidades negras asociadas con iglesias Bautistas.
King fue un defensor de las filosofías de la no violencia y la desobediencia civil, usada satisfactoriamente en India por Gandhi, y aplicó esta filosofía a las protestas organizadas por el SCLC. King aplicó estos principios en la protesta no violenta contra el sistema racista conocido como Jim Craw.
La respuesta racista desde diferentes entornos a las marchas pacíficas crearon una ola en pro de los Derechos Civiles en la opinión pública, lo que fue clave para la aprobación de los Derechos Civiles a principios de la década de los Años 1960.
NOBEL DE LA PAZ
El 14 de octubre de 1964, King se convirtió en el ganador más joven del Premio Nobel de la Paz, el cual le fue entregado por liderar la resistencia no violenta al fin de los prejuicios raciales en los Estados Unidos.
En 1965 King empezó a expresar dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. En febrero y de nuevo en abril de 1967, King se expresó fuertemente contra el papel de los Estados Unidos en la guerra. En 1968, King y el SCLC organizaron la “Campaña de la Gente Pobre” en defensa de los derechos de los más desfavorecidos. La campaña culminó en una marcha en Washington demandando ayuda económica a las comunidades más pobres de los Estados Unidos.
ASESINATO DE M.L. KING
En la tarde del 4 de abril de 1968, King, de 39 años de edad, salió a tomar un poco de aire en un balcón del Hotel Lorraine, el único de Memphis que aceptaba negros. El predicador había ido a esa ciudad de Tennessee para apoyar una protesta de trabajadores de la limpieza.
King, afectado por la depresión, ya había pasado la cima de su carrera y el movimiento de protesta pacífica se enfrentaba a la impaciencia de grupos más jóvenes que proclamaban el “poder negro” y bordeaban el recurso de la violencia.
“Dios ha permitido que llegara a la cima de la montaña y desde allí he visto la tierra prometida”, dijo la noche anterior a su muerte King ante los fieles congregados en Mason Temple. “Y es posible que no vaya a la tierra prometida con ustedes”. Añadió: “Estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. No temo a hombre alguno. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor”, añadió.
LAS CONSECUENCIAS DE SU MUERTE
Una bala, disparada desde el otro lado de la calle, le penetró por la mejilla derecha y le alcanzó la columna vertebral. King murió poco después en el Hospital St. Joseph.
El asesinato en el violento año de protestas que circundaron el mundo provocó disturbios en 125 ciudades de Estados Unidos en los que murieron 46 personas, 2.800 resultaron heridas y más de 26.000 fueron arrestadas.
El hecho de que el hombre acusado, juzgado y condenado por el asesinato de King, James Earl Ray, muriese en 1998 en prisión tras negar su culpabilidad ha alimentado variadas teorías de conspiraciones que incluyen desde la mafia a grupos supremacistas blancos y diversas agencias del Gobierno.
Los conceptos de desobediencia civil, resistencia y protesta pacífica encarnados por el pastor bautista King han marcado las bregas de figuras como el polaco Lech Walesa, la guatemalteca Rigoberta Menchú, los sudafricanos Desmond Tutu y Nelson Mandela, y en Argentina Adolfo Pérez Esquivel y las Madres de Plaza de Mayo.
En 2012, el presidente de Estados Unidos Barack Obama inauguraba el Memorial de Martin Luther King, un monumento de piedra en el que se recuerda su vida y algunos de los mensajes más relevantes de su carrera.

Fuente: Protesantedigital, 2017

lunes, 18 de enero de 2016

Martin Luther King: Símbolo de paz mundial



El legado de quien fuera el más férreo defensor de los derechos humanos y civiles, la libertad y la igualdad de clases en Estados Unidos, continúa vigente en este país donde la población afrodescendiente sufre los embates de la discriminación.
Hace 50 años el activista afrodescendiente, Martin Luther King, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en Suecia, por su constante lucha en defensa de los derechos humanos, en contra de la segregación racial, la pobreza y las guerras promovidas por el Gobierno de Estados Unidos.
Luther King comenzó la batalla contra el apartheid desde Montgomery, Alabama (sureste de EE.UU), siendo un teólogo y consagrado pastor de la iglesia Bautista en 1954. Promovió la sublevación contra la segregación, sobretodo en autobuses, colegios y universidades. 
Organizó y llevó cabo diversas manifestaciones pacíficas para lograr el voto de la población afrodescendiente, la no discriminación y otros derechos civiles desde la ciudad de Selma, Alabama. Fue encarcelado en 1962 en Georgia (sur) por encabezar manifestaciones contra el racismo, y liberado en 1963, tras pagar una cuantiosa multa.
Su liderazgo se hizo sentir en una multitudinaria marcha realizada en Washington (capital) por el Trabajo y la Libertad, en 1963, en la que pronunció su profético discurso "I have a dream" (yo tengo un sueño), que lo consolidó como uno de los más grandes oradores de la historia. 
“Sueño que mis cuatro pequeños hijos vivirán un día en un país en el que no serán juzgados por el color de su piel", rezaba el famoso discurso.
Logró conseguir el derecho al voto y otros beneficios sociales como el acceso a bibliotecas, estacionamientos  para la gente de color, pero no bastó esa lucha, pues la represión policial y el ensañamiento de movimientos racistas como el Ku Klux Klan, provocaron el "domingo sangriento" en marzo de 1965, cuando más de 600 defensores de los derechos civiles fueron reprimidos y la activista Viola Luizzo fue asesinada por el grupo radical en medio de una marcha pacífica hacia Montgomery.   
En esa ocasión, Luther King insistió en cambiar la cultura discriminatoria en EE.UU. con el discurso, "How Long, not Long" (Cuánto tiempo, no mucho), en el que destacó que "el arco de historia gira hacia la justicia". 
Camino Pacifista
Desde los 15 años, el pastor bautista se empeñó en trazar un camino pacífico e igualitario en el país norteamericano, donde en la mayoría de estados, la segregación racial predominaba, y de hecho aún se promueve contra la población de color. 
Luther King alternó su labor pacifista con la revolución contra la guerra Vietnam y la pobreza; el gobierno de Estados Unidos impulsaba políticas bélicas, que fustigó enérgicamente. "No es justo", fue el argumento que le costó la persecución mediática y racista. No obstante, el 4 de abril de 1967, pronunció en Nueva York (noreste) "Más allá de Vietnam: el momento de romper el silencio", en rechazo al Gobierno. 
Sus sueños de libertad fueron truncados el 4 de abril de 1968, tras ser impactado por una bala en Memphis, Tennessee (este).  El segregacionista, James Earl Ray le disparó un día después de que pronunció su discurso de presagio, "I've Been to the Mountaintop" (He estado en la cima de la montaña). 
"Yo solo quiero cumplir la voluntad de Dios. ¡Y él me ha autorizado a subir a la montaña! Y he mirado en torno a mí y he visto la tierra prometida", dijo Luther King ante miles de personas.
Legado
Dejo un legado antidiscriminatorio perpetuo en Estados Unidos, que le valió reconocimientos post-mortem como luchador insigne de la no violencia: la Medalla Presidencial de la Libertad por Jimmy Carter en 1977 y la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en 2004. 
Aunque desde 1986 Estados Unidos celebra el Día de Martin Luther King Jr., la discriminación a la población negra, los movimientos racistas que han permeado las estructuras de poder y la violación de los derechos civiles siguen cultivando el racismo y las desigualdades en el país norteamericano.

Fuente: Telesurtv.

viernes, 28 de agosto de 2015

El 28 de agosto de 1963 Martin Luther King habló ante más de 200.000 personas en Washington,



Hace 52 años, el pastor evangélico y activista político Martin Luther King pronunció un discurso que marcaría la historia de su país. “Yo tengo un sueño”, sus palabras más conocidas, fueron pronunciadas ante los cientos de miles de congregados en Washington que ese 28 de agosto marchaban reclamando un cambio en un país que arrastraba la lacra del racismo y la desigualdad.
Martin Luther King Jr. nació en Atlanta (Georgia) el 15 de enero de 1929. Fue pastor bautista, como también lo fueron su padre y su abuelo. Su fe impregnó asimismo su actividad social y política.
En 1954, King fue elegido pastor de la Iglesia Bautista de Dexter Avenue en Montgomery, Alabama, liderando el boicot al bus de Montgomery en 1955. En 1957 participó en la fundación de la Conferencia Sureña del Liderazgo Cristiano (SCLC, siglas en inglés), creado para organizar el activismo por los Derechos Civiles.
King Jr. fue formado en la “teología liberal blanca” con énfasis en el activismo social, más allá de lo que se entiende como un cristianismo ortodoxo, explica en una entrevista a Protestante Digital el teólogo y periodista José de Segovia. “Pero en sus momentos de crisis en su lucha social siempre volvía a la fe ortodoxa evangélica”, por lo que lo ve como un continuo buscador de reencuentros con la fe que vivió de niño, “conviviendo en tensión ambas experiencias, la intelectual o racional que duda y la vivencial que quiere arraigarse en lo básico de la fe cristiana en Jesús”.  
Un discurso para la historia
Esto se percibe en el histórico discurso, del que ha trascendido la frase “yo tengo un sueño”. Para José de Segovia no es sólo un discurso político y social, sino que no se puede entender sin percibir la implicación teológica del mismo.
“Está lleno de una esperanza que sólo puede ser de origen divino”, con frases en las que existe “la fuerza de las palabras de carácter bíblico, y una visión que creo que venía de Dios”.   En este sentido, y sobre todo ante la radicalización que suponía Malcom X, sólo la fe de MLK le sirve para salir adelante, y en esto “creo que debemos ver la providencia de Dios, que abrió el camino entre la tibieza blanca y el radicalismo violento negro”.
“Podríamos decir que es la visión social del Evangelio, y la injusticia social que entra en contradicción con el mensaje bíblico lo que lleva a MLK a enfrentar el problema de la injusticia con los negros”. El ve a todos los hombres como iguales, y busca un proceso pacífico de lucha por los derechos civiles que es sumamente complicado y difícil, y que le supuso “una tensión enorme”.
Pero entiende De Segovia que debemos reconocer que había una inspiración cristiana en su vida y actividad, aunque también tenía dudas sobre algunos aspectos concretos de la fe cristiana, él desde luego “vivió su activismo como una misión de parte de Dios”.  
Del “tengo un sueño” a su último discurso
Así como el “Yo tengo un sueño” nos muestra esa faceta luchadora y llena de esperanza, el último discurso de MLK nos revela a alguien que tras pasar dificultades, se aferra a Dios. Poco antes de ser asesinado, en concreto la noche anterior, King Jr. hablaba en la iglesia de Mason: “Quisiera tener una larga vida, pero eso no es lo importante, simplemente quiero hacer la voluntad de Dios”.
Y de forma profética, recuerda José de Segovia, expresó: “Dios ha permitido que llegara a la cima de la montaña y desde allí he visto la tierra prometida. Y es posible que no vaya a la tierra prometida con ustedes (…pero) Estoy feliz esta noche.
Nada me preocupa. No temo a hombre alguno. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor”. Esto demuestra de forma clara, afirma De Segovia, que “MLK no es ya el mismo joven de las dudas de fe iniciales de su vida pública, fruto de su educación teológica liberal, sino que las crisis y la fragilidad le han llevado a sostenerse aferrado a la esperanza en Dios y en la misión, con sus defectos y contradicciones, luchando contra el pecado del racismo.
Sin duda fue utilizado por la providencia de Dios para dar un giro a la situación injusta del pueblo negro en EE.UU.”.  
Fuente: protestantedigital.com