Por. Óscar
Margenet, España
Gracias
a los teléfonos móviles y los mensajes gratuitos nos unimos en oración con
otras personas. Participamos en verdaderas cadenas de oración; y resulta
gratificante escuchar acerca de las respuestas del Señor a algunas de nuestras
peticiones.
Pocos
días atrás una activa hermana de la congregación nos contó que su madre,
finalmente, había aceptado escuchar el Evangelio.
Lo más
sorprendente es que no fue por la insistencia de años de su hija, sino ¡por el
buen hombre que le arregla sus zapatos!
Está
claro que mientras trabaja este zapatero charla con sus clientes sobre las
maravillas de Dios. Y Él obra sorprendente y fielmente en sus propios y sabios
tiempos.
La
importancia que tiene hacer bien nuestro trabajo y con él dar testimonio de
quién es nuestro Señor queda de manifiesto con esta anécdota.
Y
resulta aún más atinente cuando recordamos a alguien que, siendo zapatero, se
convirtió en el pionero de las misiones modernas. Me refiero a William Carey 1.
Llegó
a mis manos un escrito traducido del inglés, “El padre de las misiones
modernas”, publicado por la iglesia bautista en North Bergen, New Jersey, EE.UU.
2 De ellos rescato y adapto este artículo que me demandará dos
entregas.
Este
hombre elegido por Dios para llevar la palabra a la India y países vecinos,
también ocupó mi tiempo de lectura en la infancia. Leer sobre él ahora me ayuda
a comprender aún mejor por qué su obra tiene un valor incalculable para mi fe
actual.
Esta
primera entrega es ideal para los adolescentes y jóvenes con deseos de
aprender. Comencemos:
William
Carey nació en Inglaterra, en 1761. Pocos hubieran pensado que ese niño era un instrumento
escogido para llevar a cabo muchas obras en el mundo, entre ellas dar a conocer
el evangelio a personas de naciones que nunca habían oído en sus propias
lenguas el nombre de Jesús y no sabían nada de la Palabra de Dios.
SUS
PRIMEROS CATORCE AÑOS DE VIDA
Los
padres de William Carey pertenecían a la Iglesia de Inglaterra, o anglicana. Su
abuelo paterno, a quien William nunca conoció, fue el maestro de una escuela en
la aldea mantenida por filántropos. También era empleado de la Iglesia,
atendiendo asuntos administrativos (como registrar los nacimientos y bautismos,
mantener las actas y otras cosas). El padre de William ocupó ambas posiciones.
Desde
los años 1660 en adelante sólo los miembros de la Iglesia Anglicana podían ser
empleados del gobierno, oficiales del ejército o marina y maestros de escuelas.
Quienes no lo fuesen no podían graduarse en las universidades, tenían que
registrar los edificios donde se reunían y limitar sus actividades públicas a
esos edificios. Había tolerancia de la confesión de otros que no eran
anglicanos (presbiterianos, congregacionalistas, bautistas, cuáqueros y otros
“no conformistas”, “disidentes”, o “independientes”), pero sus libertades o
derechos civiles fueron restringidos y ellos muchas veces fueron mirados con sospecha
como potenciales enemigos del estado, revolucionarios y “terroristas”. 3
Aunque
la familia de William era pobre fue criado entre privilegiados y absorbía el
desdén de ellos hacia los “no conformistas”. Con todo, debido al Señor y su
gracia común y también a lo que el Señor hizo en conexión con lo que se llama
el “Gran Despertamiento” o “Gran Avivamiento” William nació en tiempos que
sucedían algunas cosas buenas en el país a pesar del trato hacia aquellos que
no pertenecían a la Iglesia de Inglaterra. Por ejemplo, la educación estaba
llegando a los hijos de los pobres y William recibió 7 años de estudios con su
propio padre, incluyendo los rudimentos de latín. Además, otras cosas estaban
sucediendo en Inglaterra que sirvieron para preparar el camino para lo que el
Señor hizo por medio de Carey y sus compañeros que apoyaban su visión
misionera.
La
expansión colonial había generado un nuevo punto de vista y responsabilidad
internacional, abriendo comercio y viajes. La creación de mapas del mar
Pacífico, islas y costas continentales, el mundo industrial y las empresas que
controlaban el comercio en la India le permitieron saber de pueblos del mundo
que no tenían el evangelio. Esto tocó la conciencia de algunos ingleses y los
impulsó hacia el camino de la labor misionera.
Al
mismo tiempo, en las colonias de América del norte, los hijos de padres
puritanos daban lucha por nuevas libertades y Francia estaba en medio de una
revolución para obtener más justicia. En el parlamento y en la prensa ingleses
el pueblo estaba ganando campañas para tener más libertades. Los que no eran de
la Iglesia de Inglaterra estaban protestando contra los estatutos que les
negaban igualdad de ciudadanía con los de la iglesia “oficial”; se estaba
tomando conciencia de la vergüenza del comercio de esclavos; se estaba
despertando compasión hacia los enfermos y prisioneros; el gran avivamiento
había demostrado el poder del evangelio predicado; los redimidos estaban
alabando al Señor en poesía; el híper calvinismo estaba cediendo a un evangelio
ofrecido a todos; las iglesias estaban aprendiendo a cooperar; la oración
colectiva fue estimada y practicada constantemente.
UN
ADOLESCENTE BRILLANTE
William
Carey terminó su educación a los 14 años de edad. Gustaba de la ciencia y leer
libros sobre viajeros. Por su apego por los libros sobre Cristóbal Colón
recibió el mote de Columbus. A los doce años de edad ya memorizaba 60 páginas
de vocabulario en latín, lo que mostraba su aptitud para los idiomas. Sus
intereses se extendieron más allá de los libros. Como cerca de la aldea había
campos y bosques le prestó mucha atención a las plantas, aves y animales;
interés que nunca perdió gracias a un tío suyo que era jardinero.
Pero
ese niño-adolescente no aprendió las verdades netamente evangélicas y de
piedad, no tenía fe salvadora; y fuera del hogar juraba y mentía como todos los
demás.
No
puedo menos que apuntar el contraste entre la formación de William y la de los
niños y adolescentes de nuestra generación; estos, atrapados largas horas
frente al ordenador, la TV o con los móviles siempre en sus manos, cuando
osamos ponerles límites o les apuntamos las locuras que se difunden y absorben
reaccionan con gran enfado.
Para
colmo de males, en las escuelas públicas se difunden teorías acuñadas e
impuestas por los enemigos de Jesucristo y su pueblo fiel. Poco se aman la
Creación que nos sustenta y los libros de valor educativo y motivacional que se
escriben. Olvidamos que la crianza de nuestros hijos es clave para construir
entre todos un mundo más sostenible 8.
EL
FACTOR CLIMÁTICO PUEDE AYUDAR
Los
segundos catorce años en la vida de William Carey incluyen su formación, su
conversión, el desarrollo de su fe y su primer matrimonio. 9
Cuando
se decidió por la botánica y la zoología el jovencito comenzó a trabajar con su
tío Peter. Pero, una enfermedad de su piel que le impedía exponerse al sol, le
hizo cambiar su plan. Nadie hubiese pensado que este muchacho, que no podía
soportar el tibio sol de su país serviría al Señor por largos años en el
tórrido clima de la India. Es evidente que todo ayuda para bien de los que aman
a Dios 10.
Su
padre le presentó a un fabricante de calzado en un pueblo vecino. Quería
ayudarle a que se hiciese de un futuro propio en una industria que prometía
mucho. El dueño de la zapatería era un hombre severo, especialmente cuando
bebía, pero Carey perseveró como aprendiz en su empleo. Allí conoció a otro
mayor que él, John Warr, cuyos padres le criaron en una iglesia no conformista.
Como compartían cuarto y trabajo ambos discutían sobre teología y costumbres
religiosas. A Carey le molestaba escucharlo y menospreció a su compañero. Pero,
Dios ayudó a que John entregase su vida a Jesucristo y diese testimonio de ello
a Carey, sus compañeros y patrón. Fue entonces que William comenzó a conocer el
evangelio. Se esforzaba por dejar de mentir, jurar y cometer otros pecados.
Hasta comenzó a asistir a los cultos de oración en la iglesia de su amigo y
trataba de orar cuando estaba solo. Pero no dejaba de cumplir con religiosa
asistencia dominical a la Iglesia anglicana de la parroquia. No obstante, él no
había sido transformado por la gracia de Dios en Cristo Jesús. A pesar de sus
esfuerzos su pecaminosidad le seguía dominando.
Un día
William fue cogido en un acto de deslealtad en el empleo. Fue descubierto,
denunciado y humillado públicamente. Por la misericordia divina se arrepintió,
reconoció que sin Jesucristo su vida no valía el chelín que había codiciado; y
conservó el empleo. De allí en adelante vio su falta de justicia propia,
recibió la justicia de Cristo y vivió como un hijo de Dios, redimido,
transformado y dedicado a servirle hasta su muerte. Por entonces, su atracción
por el idioma griego le llevó a estudiarlo con pasión, gracias a un ejemplar
del Nuevo Testamento que tenía su empleador.
Tras
su conversión, William aprendió en las iglesias ‘no conformistas’ la disciplina
que implica tener convicciones y prácticas de fe basadas en las enseñanzas
bíblicas.
A la
muerte de su patrón el joven fue recogido por alguien que se congregaba en la
iglesia no conformista a la que asistía. Allí Carey conoció a Thomas Scott 5,
quien tendría una fuerte influencia positiva en su vida. También conoció a
seguidores extremistas de las enseñanzas místicas de William Law, autor del
famoso libro ‘Una llamada seria a una vida piadosa y santa’. Carey cayó en
confusión hasta que vio que solo las Escrituras son la guía segura para todo lo
que debemos pensar y hacer. Dios usó a Scott y a otros en esa etapa de la
vida de Carey para salvarle de la confusión y darle una seguridad bíblica. El
libro ‘Ayuda para los viajeros a Sión’ del bautista Robert Hall 6
también le afirmó en la fe.
A los
20 años de edad, Carey se casó con Dorothy, hija de un líder no conformista y
cuñada del dueño de la zapatería. Buena mujer, creyente fiel, como muchas
mujeres de aquel entonces Dorothy no sabía leer ni escribir; pero, William le
enseñó con amor. Ambos vivían felices en su hogar; él trabajando, estudiando
latín y griego (Scott llamó a su casa ‘el Colegio Carey’), cuidando su huerta,
adorando a Dios con los hermanos de la aldea. Nació una hija, llamada Ann; un
año después William y su hija enfermaron con fiebre. La niña murió y Carey
siguió con fiebre sufriendo más de año y medio, pero sin dejar de cumplir sus
responsabilidades. Esa enfermedad le dejó calvo a los 22 años de edad. Además
su cuñado y dueño de la zapatería murió y tocó a Carey ayudar con el cuidado de
la viuda y sus 4 hijos. Los tiempos eran difíciles y le tocó sufrir la pobreza.
A
pesar de la carga pesada y sus luchas doctrinales y espirituales, Carey siempre
fue activo en el servicio del Señor. Cuando tenía 21 años asistió a una reunión
de una asociación de iglesias bautistas, celebrada en un pueblo cercano. Como
no le conocían fue ignorado y ese día lo pasó sin comer. Pero oyó tres
excelentes sermones inolvidables que le fueron de gran ayuda. Uno de ellos, por
Andrew Fuller 7, un hombre que influiría positivamente en el resto
de su vida.
En
junio de ese año, junto con otro hermano, comenzó a ayudar con la predicación,
cada quince días, en una iglesia bautista que no tenía pastor. Además, la gente
no conformista de la aldea pidió que les predicara también a ellos. Aceptó ir
una vez al mes. Así pudo visitar a sus padres y hermanas, a los cuales quiso
ver convertidos y sirviendo en una iglesia de creyentes en vez de estar en la
iglesia anglicana. Sus hermanas recordarían tiempo después su celo y su deseo
de “derrumbar todos los altares de Baal a una vez”.8
A los
22 años de edad William escuchó un sermón sobre el bautismo de los creyentes
que le inquietó. Estudió el Nuevo Testamento cuidadosamente y llegó a la
conclusión que el bautismo no es para los bebés sino una ordenanza dada por
Dios para los conscientes de su fe 9. Habló con el bautista
calvinista John Ryland sobre el asunto. Este le bautizó en el rio Nene 10,
un domingo a las 6 de la mañana.
La
lectura de los apuntes de Cook 11 despertó en su ser un fuerte deseó
de llevar el evangelio a los paganos. Contrariamente a la negativa opinión de
Cook sobre los paganos, Carey no solo deseaba la salvación de los paganos de
otros países, sino que predicó el evangelio en su propio país y buscó la
salvación de sus parientes.
Como
leeremos en la segunda entrega, el Señor llenó con experiencias formativas la
vida de este joven. Resumiendo hasta aquí, William aprendió su oficio de
zapatero; aprendió griego; descubrió su naturaleza pecadora y a su Salvador
personal; aceptó el reproche de pertenecer a iglesias no conformistas; llegó a
convicciones propias y bíblicas sobre la fe y doctrinas de Jesucristo; conoció
lo bueno de estar casado y tener un hogar; experimentó el gozo de ser padre y
también la angustia de perder una hija y la dura vida en la pobreza. Trabajó en
enseñar, dio testimonio cristiano, se unió a una iglesia, predicó su primer
sermón, obedeció la ordenanza del bautismo, sintió profundamente la condición
perdida de los paganos y llevó a sus hermanas al Señor y a su servicio hasta el
fin de sus vidas.
El
Señor nos ayude a tomar en cuenta esta biografía de alguien que puso su vida
por amor de Jesucristo y sus semejantes en su generación12. En la
próxima repasaremos lo que hizo en la India y su influencia en las generaciones
futuras, hasta el día de hoy.
Quiera
Dios bendecir esta modesta crónica.
Notas
Ilustraciones:
Colegio de Serampore, India. Fundado por misioneros cristianos pioneros en la
India. William Carey (1761-1834) Joshua Marshman (1768-1837) y William Ward
(1869-1823). Edificado en la comunidad danesa, se convirtió en el centro de
instrucción en el cristianismo y las ciencias para la juventud india.
Retrato
de William Carey, calvo desde los 22 años de edad.
01.
Nació el17 de agosto de 1761, en Paulerspury,
Reino Unido y murió el 9 de junio de 1834, en Serampore,
India.
02. Link: www.ibrnj.org/category/william-carey
03.
Compárese con el tratamiento que reciben actualmente los cristianos evangélicos
por parte de fundamentalistas de la ICAR en países latinoamericanos
(especialmente en México) e islámicos (IS) en países árabes asiáticos y
africanos, y por gobiernos dictatoriales como los de Vietnam del Norte y China.
04.
Entre los años 1775 a 1784.
05.
Conocido del autor de himnos John Newton, y autor de ‘La fuerza de la verdad’
(1779).
06.
Nacido en 1764 y muerto en 1831, es autor de libros revolucionarios en su
época, y que resultan sumamente actuales, como: ‘El cristianismo consistente
con el amor por la libertad’; ‘Apología de la libertad de prensa’; ‘La
infidelidad moderna’, ‘Reflexiones sobre la guerra’; ‘Sentimientos propios de
la crisis actual’; entre otros.
07.
1754-1815. Pastor y autor bautista, escribió acerca de la absurda creencia
deísta, una crónica sobre las misiones en la India, comentarios sobre los
libros de Génesis y Apocalipsis, entre muchas otras obras muy leídas.
08.
Comparar con 2ª Reyes 23 y con todos los reyes que hicieron lo bueno delante de
Jehová, derribando altares.
09.
Marcos 16:16.
10.
Vaya paradoja: quien había sido bautizado de párvulo reconoce de adulto el
bautismo evangélico por inmersión y es bautizado en las aguas de un río inglés
con ese nombre.
11.
James Cook, 1728 – 1779, navegante, explorador y cartógrafo inglés. El motín
del Bounty ha dado lugar a numerosas películas e interpretaciones sobre la vida
en el mar y el comercio imperial en aquella época.
12.
Hechos 13:36, en referencia a que David murió después de servir a los de su
propia generación.
Fuente:
Protestantedigital, 2016.
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