Por. Por
Dan Gonzàlez Ortega-México
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para
cambiar lo que somos. – E. Galeano
Esta es una de las primeras citas con que Carlos
Valle nos saluda cuando llegamos a su texto. El cuestionamiento de fondo según
el cual Carlos nos invita a caminar es: ¿La religión es inalcanzable,
indiscutible… aburrida? Valle no espeta desde la introducción: partimos
desde los conocidos principios infalibles; para luego encaminarnos por el no
siempre transitado camino de la pregunta, y posteriormente abrir el espacio a
fin de poder tomar el saludable atajo de la duda. Enfrentar estos desafíos
implica entrar en la senda inagotable de la libertad […]” (p.12)
Carlos nos invita a un viaje llamado Emancipación
de la Religión. Quienes hemos vivido la apesadumbrada carga de tener
empleos que implican vivir montados en buses o pernoctar en aeropuertos,
sabemos que armar la valija en cada oportunidad no es nada fácil, a mí en lo
personal me cuesta cada vez más… últimamente he tenido que hacerlo al cuarto
para las doce. Dejar los espacios donde uno se siente seguro, los apegos,
los vínculos y hasta los vicios… es tarea complicada. Así mismo lo es el mundo
de las religiones pues estas, cualesquiera que sean, se asumen como autorizadas
intérpretes de lo inaccesible (p.13) a eso lo llama Carlos: los
principios infalibles que vienen a ser el punto de partida de sus
reflexiones respecto de las grandes búsquedas de sentido por las que la
humanidad transita hacia el encuentro de la misteriosa trascendencia.
La cierto es que el camino de la vida se extiende
interminablemente y, caminar en la montura de la religión, sobre todo en el
cristianismo, se vuelve un desafío por la necesidad de nuevas rutas para andar…
otras metodologías. Antes se usaban brújulas y mapas para avanzar… hoy se
requiere tecnología GPS para avanzar. ¿Dónde están las voces que
reclaman los tiempos presentes? (p.34) se cuestiona (y nos cuestiona)
Carlos Valle.
Una de las rutas que Carlos nos propone para ir
reflexionando es el Camino de la Pregunta. A mi particularmente esa vía
me fascina, me conecta con mi espíritu infantil… cuando uno vive en su período
de infancia es preguntón por naturaleza y, con las preguntas, vienen las
sorpresas. La capacidad de asombro es una de las grandes bendiciones de la
vida… si la Caperucita roja no se hubiera dudado de lo que se decía del
Lobo, jamás hubiéramos conocido lo que le pasó en el camino a casa de la abuela
y no tendríamos esa maravillosa historia que nos permite aconsejar a las hijas
ante los embates de patanes que intentarán asaltarlas en medio de la vereda.
Carlos nos presenta una mejor ilustración en su argumento: García Márquez
recordaba que, si en un cuento digo que del cuerpo del herido brotaba sangre
verde, en cuanto el lector lo acepta, la sangre es verde. Cuanto esto sucede en
el ámbito religioso no se puede obviar el hecho de que se encuentra expuesta la
buena fe de la gente [… y] la pregunta es ¿Por qué se produce esta aceptación
acrítica de mensajes que emanan de centros religiosos? )p.38)
Ante esta cuestión Valle sospecha que para las
religiones y, particularmente la cristiana, prefieren sedentarizarse en una
ciudadela antes que asumir el riesgo nómade de la exploración crítica. Carlos
lo pone así: A pesar de que en un mundo de principios infalibles la religión
no abandona sus atribuciones, y sigue considerándose la única autorizada para
hablar en nombre de Dios. El camino de la problemática pregunta sobre el
sentido de la vida sigue siendo un desafío presente […] (p.56) o como dijo
el filósofo latinoamericano Los caminos de la vida no son como yo pensaba,
no son lo que imaginaba, no son lo que yo creía.
En este punto del camino Carlos nos ofrece un atajo
el de la duda. Lo que pudiera ser la convicción de la incertidumbre: Creer que
se cree para poder creer… Valle lo dijo más lindo pero igual de complicado que
Vattimo a quien sigue en el argumento de la mano de sus nanas: Nietzsche y
Hidegger. El filósofo argentino nos lo plantea de otra manera: Saber que se
puede querer que se pueda / Quitarse los miedos sacarlos afuera /Pintarse la
cara color esperanza / Tentar al futuro con el corazón / Es mejor perderse que
nunca embarcar / Mejor tentarse a dejar de intentar / Aunque ya ves que no es
tan fácil empezar. Dudar de la acción de las religiones respecto de su
apropiación de la trascendencia es precisamente esa oportunidad de llegar más
rápido a lo que conocemos como Creer a sabiendas, eso lo digo yo y no
Carlos, de que toda creencia es ya Idolatría. Este atajo de la duda nos
encamina de una vez por todas a un buen camino… Carlos cita en ello a Buñuel: es
natural atacar los llamados ‘principios’, ya que son instrumentos de la
represión y yo creo que hay que llevar a cabo una lucha permanente por la
libertad.
Lo que Carlos llama La senda inagotable de la
libertad es con lo que Don Quijote interpela Sancho en la cita de Valle: es
uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. (p.79)
Otro loco caminante empedernido, que no es creación del manco de Lepanto sino
la versión del discípulo que corrió más rápido, hablaba de ello diciendo Conocerán
la verdad y la verdad les libertará.
Yo soy cinéfilo empedernido y lo peor que me puede
pasar es que me cuenten toda la película y peor si me abortan el final, así
que, hasta acá es que creo debo soltar la mano en esta caminada con ustedes
para invitarles a que se animen a transitar, cada una y cada uno, por este
maravilloso texto. Dejo una de las citas que más me ha encantado de León Felipe
y que espero les convide a venir a emancipación de la Religión:
Había un hombre que tenía una doctrina.
Una doctrina que llevaba en el pecho
(junto al pecho, no dentro del pecho),
una doctrina escrita que
guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Y la doctrina creció. Y tuvo que meterla en un
arca, en un arca,
como la del Viejo Testamento.
Y el arca creció. Y tuvo que llevarla a una casa
muy grande.
Entonces nació el templo.
Y el templo creció. Y se comió al arca, al
hombre
y a la doctrina escrita
que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.
Luego vino otro hombre que dijo:
El que tenga una doctrina que se la coma,
antes de que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
que la haga carne de su cuerpo…
y que su cuerpo sea bolsillo,
arca y templo.
Gracias Maestro… mi maestro Carlos Valle por tu
palabra. ¡Salud!
Nota de la Editora: Libro de Carlos Valle.
Emancipación de la Religión. CUPSA-CTdeM: México. 2016. 164pp.
Fuente: ALCNOTICIAS, 2016
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