Por. René Padilla, Argentina
Cuando se escriba la historia del cristianismo en
el Brasil en la última mitad del siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI,
sin lugar a dudas el nombre del pastor Elben César ocupará un lugar destacado.
Habiendo nacido en Campos dos Goytacazes, RJ, en 1930, ayer, 6 de octubre de
2016, por la mañana, falleció de un paro cardiaco después de haber permanecido
hospitalizado en Belo Horizonte debido a complicaciones clínicas producidas por
una caída que había sufrido en su hogar 29 días antes. Le sobreviven su esposa
Djanira Momesso César, cinco hijas, diez nietos y cuatro bisnietos. En el mismo
momento en que escribo esta nota debe estar celebrándose el culto en memoria de
él en la Iglesia Presbiteriana de Viçosa, MG, antes de su funeral en el
Cementerio Colina de Saudade, de la misma ciudad.
Mi primer contacto con Elben fue en su calidad de
Director de la revista Ultimato, fundada por él, cuyo primer número se publicó
en enero de 1968, y que desde entonces ya lleva publicados 363 números. De
entrada me sentí atraído por los temas que abordaba y sigue abordando esa revista
y que me hicieron sentir que él y yo compartíamos los mismos compromisos como
discípulos de Cristo. Temas relacionados con las dimensiones más amplias del
Evangelio y enfocados desde una perspectiva bíblica y pastoral. Temas que
lamentablemente un alto porcentaje del pueblo evangélico en América Latina y
alrededor del mundo han descuidado con frecuencia. Básicamente los mismos temas
que formaron parte de la revista Misión (posteriormente Iglesia y Misión) que
yo fundé y dirigí por más de una década; los temas de misión integral a los
cuales he tratado de dar atención en mi propio ministerio. A la luz de esta
comunidad de intereses que Elben y yo compartimos en la causa del Evangelio y
en nuestro servicio a la Iglesia, a nadie le sorprenderá cuán honrado me sentí
cuando Elben me pidió que me hiciera cargo de la columna regular sobre misión
integral de la revista Ultimato. Honroso cargo que he desempeñado desde 2012 y
sigo desempeñando actualmente.
Curiosamente, tanto en el caso de Elben como en el
mío la exploración de la temática a la cual he hecho referencia y nuestra
visión común de promover ésta, especial pero no exclusivamente, en círculos
evangélicos nos llevó a no limitarnos a la publicación de una revista. Con el
deseo de profundizar y ampliar el alcance de la revista Ultimato, inició la
Editora Ultimato, cuyo primer libro, escrito por él mismo, se publicó en 1993
bajo el título Deixem que Elas Mesmas Falem. Animado por el mismo propósito
pero en relación con la revista Misión, yo tuve el privilegio de iniciar
Ediciones Kairós con la publicación de De la discriminación al compromiso, por
Marta Márquez, en el mismo año.
Elben me llevaba apenas dos años de edad. Su vida,
paralela a la mía, encontró sentido en el servicio a Jesucristo, al Rey de
reyes y Señor de señores. ¡Se me adelantó en la partida! Sin embargo, porque
Cristo resucitó me anima la esperanza de encontrarme con él, ya que la muerte
no tiene la última palabra.
Fuente: El blog de René Padilla, Fundación Kairós,
2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario