Por. Juan Stam, Costa Rica
Contra el trono de Dios y del Cordero, se
levanta el "trono de Satanás" (2.13) y su bestia feroz. Apocalipsis
lo explica por medio de un fascinante drama de cuatro personajes malévolos: el
dragón, la bestia, el falso profeta y la ramera.
Como anunciamos, esta semana seguiremos con el
tercero de los otros dos personajes que se añaden al dragón y la bestia: el
falso profeta (dejamos para la próxima semana a la gran ramera).
El falso profeta (13:11-18): Esta segunda
bestia, con cara de cordero pero voz de dragón, procede de la tierra, lo
cual sugiere que probablemente era un personaje conocido en Asia Menor. Barclay
observa al respecto que el culto al emperador no se impuso desde arriba, desde
Roma, sino al contrario surgió desde abajo promovido por los pueblos de
provincia (p. 323).
En ese proceso, toda la organización política y
religiosa de las provincias, con sus magistrados, diócesis, y sacerdocios
regionales, hacía su aporte a la promoción del culto imperial. Así fue como la
segunda bestia surgió "de la tierra" asiática (pp. 326,338).
Aunque la segunda bestia parece inocente y
relativamente débil, de hecho "ejerce todo el poder de la primera Bestia
en servicio de ésta" (13:12 BJ). Como representante oficial del
imperio y Sumo Sacerdote de la religión imperial, logra que las masas rindan
culto a la imagen del emperador.
Persuade a la gente erigir una inmensa imagen del
emperador como objeto de su adoración (13:14-15),[28] y utiliza cuatro métodos
para engañar a la gente e inculcar la idolatría imperial:
(1) la poderosa retórica de su "voz de
dragón" (13:11);
(2) sus sensacionales prodigios (13:13-15);
(3) severas sanciones económicas contra
quienes no reciben la marca de la Bestia (13:16-18); y
(4) la pena de muerte contra los
"disidentes" que no la adoran (13:15).
Como "Ministro de Propaganda", el
falso profeta promueve "la ideología del poder" que sacraliza al
imperio (Barsotti, op.cit. pp. 180-185.).Cullmann (op.cit., p.92) resume
muy bien su función dentro del sistema total:
La segunda bestia representa el poder de la
propaganda religioso-ideológica del Estado totalitario. En esta pretensión
seudo-religiosa se manifiesta lo diabólico de este falso profeta, que se
presenta como si fuese el verdadero profeta del verdadero Dios. En realidad
hace propaganda para su dueño, el diablo, el Estado totalitario... Todo Estado
totalitario necesita una ideología que sea una parodia de la fe.
El tema central en la exposición de estos tres
personajes -el dragón, la bestia y el falso profeta- es la denuncia de la idolatría
en que se fundamenta el imperialismo, con sus reclamos de poder absoluto.
Era una idolatría sutil, a menudo velada, capaz de seducir también a muchos
cristianos, como los nicolaítas. En su mensaje anti-idolátrico, Juan sigue a la
iconoclasia de los profetas hebreos. La denuncia de ellos debe darnos mucho que
pensar ante los nuevos ídolos del mundo moderno.[29]
NOTAS AL PIE
[28] Es probable que Juan se refiere a la colosal estatua de Domiciano
en el templo en Éfeso. La estatua, en proporciones cuatro veces al tamaño
normal, representaba al emperador sentado entre candelabros.Los restos de dicha
imagen se encuentran ahora en el museo de Éfeso.
[29] Ver "¿Es posible ser idólatra sin darse cuenta?" y
"¿Puede existir el imperialismo sin idolatría?", en Tomo III del
comentario del Apocalipsis.
[30] Por eso, es difícil entender por qué algunos autores interpretan
Ap 17-18 en términos de "Babilonia eclesiástica", la falsa religión,
una iglesia universal, etc.
Fuente: Protestantedigital, 2016
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