Transcribimos
parte de la intervención de Mario Wainfel en la presentación del libro “El mito de La Argentina Laica”. Wainfel
es un reconocido es un periodista, abogado, docente universitario,
escritor e intelectual argentino.
Por Leonardo Félix,
Argentina.
Lo primero que uno puede decir de un libro tan
amplio y con tanto material es que el texto es muy vasto, y debemos agradecerle
a F.M. el recorrer tanto la historia del país, así como otros elementos
presentes en el escrito.
Un elemento a destacar fuertemente presente en el
libro es el uso de los “plurales” que se hace. El Ñic. Mallimaci no habla de
sociedad sino de “sociedades”, no habla de cristianismo, sino de
“cristianismos”, no habla de catolicismo, sino de catolicismos, no habla de
catolicidad, sino de catolicidades, y lo mismo con el nacionalismo,
nacionalismos, etc., etc.
El pluralismo de F.M. no está pues, en su
posición frente a la sociedad y la vida, sino en su lectura de la sociedad, de
los hechos de la historia, de la iglesia y del propio estado. El objeto de
estudio, son objetos de estudios. La diversidad es el núcleo de todo lo
expresado. Esa mirada, es un núcleo ideológico en un sentido que es interesante
destacar, y es también el núcleo del observador. En algún momento el autor nos
dice: “tampoco es cuestión de disputar entre imaginarios y hechos”. Punto
neurálgico en sí, en donde, los imaginarios no se contradicen con los hechos;
los imaginarios se contradicen entre sí. No hay hechos empíricos por un lado, e
imaginarios por otro. Los hechos son los que los imaginarios refractan y esto
forma parte de todo lo que es su mirada.
Es una recorrida histórica, diría yo, de la relación
entre el estado, sociedad, iglesia, república y la historia argentina en sí
desde el Virreynato del Río de la Plata.
El recorrido de F.M. es por toda la historia,
y se empieza a apasionar y tomar calor con la historia reciente que le toca, al
decir puntualmente en la página 169 “esta injusticia clama al cielo”
hablando de una conferencia episcopal argentina que nunca recibió (durante la
dictadura militar) a las madres de plaza de mayo y nunca realizó una
autocrítica o pedido de perdón específico con este tema. Ahí clama al cielo,
antes no, porque habla del presente más allá de la historia que es bien
planteada y sirve para hablar de este presente nuestro, llegando de este modo
al “amigo de todos los presentes” el Papa Francisco. Lo de Francisco es
la base de otro libro que FM debe escribir en otro libro; cuál es la
relación entre la ICR, la catolicidad, los catolicismos, la jerarquía, las
jerarquías, el estado, la república.
Hay una frase emblemática para mí que hasta se puede
usar como slogan, pero es más que esto: “la antipolítica es un viejo
recurso político de la ICR”, la antipolítica como un recurso, en el
cual el rol del estado y la sociedad es subalterno a algo en donde quién
establece principios ordenadores, está por arriba de ellos.
Como se concilia una idea de trascendencia con la
idea de que la verdad nadie la tiene en forma absoluta. En todo caso si se
tiene una verdad, la misma se debe asumir como una verdad relativa. Si hay
catolicismos, también hay subjetividades en juego. La misma forma parte de la
vida de cualquiera en su esfera pública. La imposición con respecto a estas
subjetividades e intimidades es todo un núcleo central en el cual FM va
derivando su tramo más predicativo en el cual aparece por lo menos una
expresión y es si “puede haber una comunidad regida por varones célibes”.
Mirando desde afuera esto, desde mi expresión como
agnótsico, a uno le surge la siguiente expresión: “una comunidad regida por
varones célibes, es anti natural desde el principio mismo”. Aquí hay
una contradicción evidente que sale a la luz en el escrito de FM en las
catolicidades y el rol que tienen con él y los estados.
La ICR tiene un status quo fuerte en Argentina y
otros lugares, y ese status es riesgosamente antirrepublicano y lo peor es que
es naturalizado por la sociedad en su conjunto haciéndolo invisible en lo
cotidiano.
Hay un rigor interesante y agudeza en el escrito,
que fuerzan a replantear la relación entre el estado y la iglesia y con nuestra
propia historia. El libro nos ayuda a ver el sentido de la vida muchas veces y
también ser su amigo y compañero es una fuente de alegría.
Fuente: ALCNOTICIAS, 2015.
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