Por. Por
Christina L.Griffiths
La historia de la Reforma en la ciudad de
Ginebra estuvo dominado por la personalidad de Juan Calvino y muchas
veces ha dejado de lado a los artífices de esa Reforma de la
primera hora. Si bien Guillaume Farel y Pierre Viret son conocidos, las
mujeres han sido ignoradas e incluso denigrado. Esto es lo que sucede con María
Dentière que participó activamente en el advenimiento de la Reforma en Ginebra,
y fue uno de los primeros teólogos reformados.
María Dentière nació en Tournai hacia el 1495.
Priora del convento de agustinas de la Abadía de Saint-Nicolas-dés-Prés, cerca
de su ciudad natal, se convirtió a las ideas luteranas, y abandona su
orden a comienzos de 1520. En. Estrasburgo, se casó con el predicador Robert
Simon, con quien se trasladó a Suiza en 1528.
Viuda, Marie Dentière se vuelve a casar con otro
predicador, Antoine Froment, colaborador de Guillaume Farel. En 1535 el
matrimonio se instaló en Ginebra, donde ella participó en la Reforma junto a
Farel, predicando la nueva fe, instando a las religiosas a contraer matrimonio
como ella mismo lo hizo, y a tener hijos. Muere en 1561.
Marie Dentière va en contra de la fórmula de Pablo:
(“que las mujeres callen en las iglesias”). De hecho, toma muy en serio
la doctrina luterana del sacerdocio universal, dispuesta a defender lo mejor
que pudiera el derecho de la mujer a la predicación – una reivindicación
muy feminista que inmediatamente crea la oposición de los clérigos de todas las
tendencias.
En su pequeña “Epístola muy útil”, publicada
anónimamente en 1539, comenzó a revalorizar el papel de la mujer en la Iglesia.
Dedicada a Margarita de Navarra, cuya colección de relatos, “El Heptameron”
reflejam las ideas “feministas” de la época.
El texto de Marie Dentière consta de tres partes:
una “Carta de invocación a la Reina de Navarra“, una “Defensa de las
Mujeres” y finalmente la “Epístola muy útil”
En la “Carta de Invocación” le suplica a
Margarita de Navarra que intervenga delante de su hermano, el rey
Francisco I, para que se pueda terminar con las divisiones religiosas en su
reino y que la palabra de Dios sea accesible a todos juntos, tanto hombres como
mujeres.
“La
Defensa de las Mujeres”, es mucho más radical. Por medio de las
referencias bíblicas, pone de relieve las cualidades superiores de la mujer y,
reivindica para ellas, un papel más activo en la vida de la Iglesia, incluido
el derecho a predicar.
La tercera parte es un tratado de teología que se
ocupa, junto con la defensa de la mujer, de los temas principales de la
Reforma, como la oposición a los ritos de la Iglesia Romana, especialmente la
Misa.
La crítica de los pastores de Ginebra que habían
expulsado a Calvino y a Farel, y la rigidez de sus posiciones con relación
al papel de las mujeres, despiertan la reacción inmediata del
Ayuntamiento: casi todos los ejemplares de la publicación fue confiscada, y el
impresor encarcelado. Este es el comienzo de la censura reformada en Ginebra.
Marie Dentière fue condenada al silencio, y ningún libro escrito por una
mujer saldrá de la imprenta de Ginebra durante el siglo XVI.
Sin embargo, ella abrió a las mujeres, el camino del
ministerio pastoral, que no será concedido hasta bien entrado el siglo XX, en
un total pie de igualdad con los hombres.
En noviembre de 2002, el nombre de Marie Dentière se
ha inscripto en el Muro de la Reforma en Ginebra: su mérito es finalmente
reconocido, pero su obra sigue siendo ignorada.
(Emission du Comité Protestant des Amitiés Françaises
à l’Etranger, diffusée sur France-Culture à 8h25, le dimanche 3 février 2008,
présentée par Vincent Piely)
Lettre
N°41
(Traducción del francés
por Pastor Lisandro Orlov. Buenos Aires. Argentina)
Fuente: ALCNOTICIAS, 2015.
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